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Orellano: “Por la vida que llevamos, el Estado entiende que no tiene validez lo que decimos”

La Secretaria General de AMMAR, se refirió a la situación de las trabajadoras sexuales en en el marco de un nuevo aniversario del asesinato de Sandra Cabrera en Rosario, en 2004

A Sandra Cabrera la mató la policía. La hicieron desaparecer porque molestaba, porque era incómoda para el poder y sus redes mafiosas que se nutren de la clandestinidad. Había develado públicamente la trama explotación sexual a mujeres y niñas en la zona de la terminal de ómnibus de Rosario y denunciaba a las fuerzas de seguridad como partícipes necesarias de un complejo entramado que incluía el cobro de coimas a las trabajadores sexuales para seguir ejerciendo su actividad. 

El femicidio de Sandra ocurrió un 27 de enero de enero del 2004 en Iriondo al 600 a dos cuadras de la zona de trabajo. Su crimen continúa impune y con el correr de los años se ha transformado en uno de los capítulos más vergonzantes en la historia de la corrupción política y policial de la provincia de Santa Fe. En el 2007, la justicia sobreseyó por falta de pruebas a Diego Víctor Parvluczyk, integrante de la División de Drogas Peligrosas de la Policía Federal en Rosario y único imputado en la causa. 

En diálogo con La Marca de la Almohada, Georgina Oreallano, Secretaria General de AMMAR se refirió al caso de Cabrera y comentó: “En la causa por su asesinato, el fiscal vuelve a reiterar una mirada que tiene el Estado y parte de la sociedad que es el de no querernos, que por la vida que llevábamos no tiene validez lo que decimos”.

En relación al debate entre quienes consideran que la actividad debe ser regulada, y quienes se oponen a que la prostitución sea considerada un trabajo, la militante analizó: “Es un debate dentro de los feminismo que fractura al movimiento feminista en su conjunto. Hay diferentes corrientes, en los últimos años se fue tomando una postura más punitiva, de cancelar las voces de las personas que reconocemos como trabajadoras sexuales”.

En ese sentido profundizó: “Ejercer el trabajo sexual en la calle se supone que es una contravención. En algunas ocasiones las compañeras tienen que hacer trabajo comunitario para hacer frente a esa falta o contravención”.

Aunque actualmente el Congreso Nacional no tiene en tratamiento ningún proyecto de ley para otorgar un marco de seguridad social a las trabajadoras y trabajadores sexuales. “En Rosario  fue una de las ciudades que estableció el cierre de espacios como whiskerías con el objetivo de combatir la explotación sexual. Eso favoreció a la clandestinidad de la actividad, las compañeras trabajan alquilando espacios y dejando parte de sus ingresos”, determinó Orellano.

En tanto la militante y dirigente de las trabajadoras sexuales agregó: “AMMAR es una organización que a nivel nacional tiene 28 años. Su primera década estuvo constituida por trabajadoras exclusivamente callejeras. Después del cierre de cabarets, la organización comenzó a recibir a compañeras que ejercían el trabajo en estos espacios.  Lo que sí logramos en los últimos años fue presentar informes, con el CONICET, que informan que la prohibición de cabarets generó una perjuicio contra las trabajadoras que ejercen el trabajo sexual”.

Este viernes, integrantes de AMMAR y de Fuertsa, Frente de Unidad Emancipatorio por el Reconocimiento de Derechos de lxs Trabajadorxs Sexuales en Argentina – filial Rosario, Realizarán una actividad en homenaje a Sandra Cabrera desde las 19hs en el Centro Cultural La Toma (Tucumán 1349).