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La ONG provida Grávida intentó en otros casos impedir el acceso a la ILE

En Santa Fe, una niña de 12 años que pidió abortar luego de denunciar que sufrió reiterados abusos por parte de su padre, permaneció desaparecida durante más de 24 horas, tras no presentarse al Hospital Iturraspe para la interrupción voluntaria del embarazo. Tras un requerimiento fiscal, desde Grávida -una organización provida católica- confirmaron que la menor y su madre estaban en la sede que tienen en el centro de Santa Fe.

“Queremos que se investigue a las organizaciones que infunden miedo a las mujeres que deciden abortar. Queremos que la persona se sienta bien con la decisión que toma porque realmente no puede ocurrir esto en democracia”, dijo Mariángeles Guerrero, integrante de la Campaña por el Derecho al Aborto de Santa Fe, en diálogo con La Marca de la Almohada.

En esa línea, afirmó que lo principal es difundir la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo, y contó que las mujeres que están próximas a realizarse una IVE esperan encontrar un “acompañamiento amoroso”, pero que en los hospitales la mayoría de las veces las intimidan buscando influir de alguna manera en su decisión.

“Para ellos esta niña tiene que parir. Yo quiero preguntarle a la gente que dice que se preocupa por los derechos de los niños y niñas qué pensaban al verla en esa situación. Hay muchos y muchas que necesitan acompañamiento”, concluyó Guerrero.

Por otro lado, Apuntes y Resumen habló con Susana Chiarotti, abogada feminista e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, la cual manifestó que desde la campaña exigieron que la ONG Grávida responda ante la justicia.

“No es la primera vez que está organización viola los derechos de niñas y niños. La campaña ya ha denunciado en reiteradas oportunidades el accionar de esta ONG que actúa como una secta fundamentalista de ultraderecha que se dedica a obstaculizar la aplicación de la ley”, afirmó Chiarotti.

En esa línea, afirmó que hay una “manipulación evidente” en este caso por parte de gente que tiene “muy buen manejo de la palabra” y que, además, posee los medios necesarios ir a buscar a la niña y a su madre, llevarlas a misa, hablar con ellas y convencerlas de no presentarse a la cita para realizar la ILE (Interrupción Legal del Embarazo).

“Sabemos por experiencia que las cosas que le dicen son terribles, como que serían asesinas, les prometen el oro y el moro si la niña no aborta. También tenemos experiencia de que, una vez producido el nacimiento, las dejan solas a la niña, convertida en madre a los 12 años, y a la madre convertida en cuidadora de una criatura que nunca quiso y que es producto de una violación de su marido a su hija, lo cual es una barbaridad”, concluyó.