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El cine y sus alrededores (IV)

Por Leandro Arteaga

1.

Habida cuenta de la celebración reciente del día internacional del cine animado (el 28/10), vale destacar la historia enorme y preciosa argentina, con nombres ilustres como los de Quirino Cristiani, Juan Oliva, Manuel García Ferré, entre muchos más. Rosario tiene su panteón de ilustres, y allí está la tarea legendaria del maestro y pionero Luis Bras, de quien se cumplirá el centenario de su nacimiento el año próximo. Experimentador de las formas, hasta trabó conocimiento con Norman McLaren, cuyo cine le hizo dedicar el suyo a propuestas similares y autorales: rayado de película, abstracción, indagación rítmica. Bras, además docente de la UNR, es un faro que organiza todavía el panorama de la animación de la ciudad; su influencia llega, por ejemplo, a la tarea que desempeña la Escuela para Animadores, dependiente del Centro Audiovisual Rosario, con más de 15 años de trayectoria formando artistas. La EPA, que dirige Pablo Rodríguez Jáuregui (discípulo de Bras), constituye un proyecto de referencia a nivel nacional, que tiende lazos y provoca trayectorias que se dispersan por diversos lugares.

De hecho, Rosario es una de las plazas destacadas para el campo animado, y la EPA es una de las tres instituciones en donde puede encontrarse capacitación. Las otras dos son la Universidad Abierta Interamericana, con la Tecnicatura Universitaria en Animación Digital y Efectos Visuales; y la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica), dependiente del INCAA, cuya reciente Realización Integral con especialización en Animación 3D y Tecnologías Digitales supone una experiencia absolutamente novedosa: posee tres sedes (Rosario, Mar del Plata, Comodoro Rivadavia) que funcionan juntas, con sedes presenciales pero con el dictado de contenidos de manera virtual (tres grupos distintos pero convergentes en el dictado de la clase, que es uno y para las tres sedes a la vez). La sede presencial de Rosario todavía no se concretó (la carrera está en funciones enteramente virtuales aquí), pero más tarde que temprano sucederá. Y es la primera vez, a riesgo de equivocarme, que ENERC/INCAA prestan atención relevante a la animación, cuya relación con el cine de acción real siempre estuvo –y todavía– relegada. En cuanto a esta carrera, la mala noticia es que será de inscripción bianual, una decisión que el INCAA tomó ahora y altera, lamentablemente, la dinámica del proyecto.

Siempre dentro de la animación, en estos días tuvo su estreno Black is Beltza 2: Ainhoa, película del músico vasco y contracultural Fermín Muguruza. Así como la primera parte (que puede verse en Netflix), Muguruza perfila una película contestataria, de muchas capas narrativas y fuerte relación con el cómic. Pero más allá de esto (que no es poco), lo que motiva la mención de la película es la participación creativa y en la producción de Draftoons, la compañía rosarina de Daniel Seletti y Pablo Spurchisi, cuya tarea los sitúa de una manera cada vez mayor dentro de la industria (en su haber destaca, entre otras, Metegol de Campanella). Hubo proyección en Rosario, en Complejo Nuevo Monumental, luego de su estreno internacional en el Festival de San Sebastián, con la presencia del equipo rosarino. Felicitaciones.

2.

Hay un tema que está dando vueltas desde hace un tiempo y tiene avances significativos. Se trata del proyecto de ley audiovisual “Fomento a la industria cinematográfica y audiovisual santafesina”. Está siendo impulsada por el sector audiovisual y hubo una reunión abierta y colectiva en estos días, con “la intención de fortalecer el diálogo entre las partes que lo conforman, y así poder construir juntos y dar un nuevo paso de consolidación de la industria en la Provincia de Santa Fe”.

Córdoba, buen ejemplo, tiene un Polo Audiovisual que funciona y logra estrenos a nivel nacional; Santa Fe persigue lo propio. Hay que estar al tanto de la progresión de este proyecto, porque es el gran desafío que hará posible, factible, al cine y la producción audiovisual de la provincia.  En este sentido, es valioso y habrá que destacar como habitualmente se lo hace, a las producciones (de Buenos Aires o internacionales) que toman a Rosario (u otras localidades de la provincia) por locación, porque fomentan trabajo en el sector local, pero no hay que confundirlo con desarrollo regional o algo parecido, son posibilidades de trabajo eventuales, que tocan a la ciudad como bien podría ser a otras.

Lo que la provincia necesita es una industria audiovisual propia, y aquí como en tantos otros asuntos, si no se regula la cuestión financiera no habrá manera alguna de lograrlo. A la par de ello, destacar y acompañar a los programas Plan Fomento y Ventanilla Continua, de la provincia, porque si bien nunca son la plata suficiente o que se quisiera, permiten pensar y alumbrar proyectos. De igual modo, la tarea que desempeña la Santa Fe Film Commission. Y la concreción de la segunda edición de Pulsar. Hay todavía un largo camino por recorrer, pero la construcción colectiva es siempre la mejor opción. Santa Fe debe lograr el polo audiovisual propio, tiene todo para hacerlo, la calidad de trabajo es evidente y a la voluntad política hay que perseguirla de manera incansable, como sea. Siempre hay tiempos mejores y peores. Y a la política, como enseña la filosofía, la hacemos todas y todos. Perseverar es la tarea.

3.

Interrogante a desarrollar en alguna columna próxima: les estudiantes de cine, ¿miran cine?; y de paso, ¿qué es “mirar cine”?