Hablaron Javier Ghibaudi, investigador de Universidad Fluminense y Marcelo Barrale, docente de Arquitectura UNR
Javier Ghibaudi, profesor e Investigador de la Universidad Federal Fluminense y Marcelo Barrale, docente de la Facultad de Arquitectura de UNR, hacen un análisis en Apuntes y Resumen de los resultados y las primeras conclusiones de las elecciones en Brasil de cara al ballotage.
“Se esperaba una muy buena votación de Lula, había una esperanza de tal vez ya finiquitarlas en el primer turno, y lo que sorprendió por las encuestas previas fue la fuerza del bolsonarismo, que ha copado el campo conservador. Fue una elección muy polarizada”, aseguró Ghibaudi.
El investigador también comentó en las condiciones que se dieron las elecciones: “En Brasil el sistema político es totalmente diferente, acá las elecciones legislativas se vota por individuo. El financiamiento y la promoción pública es muy importante, entonces los que llegaron con mayor visibilidad y plata les ha ido bien”.
Y agregó: “Se dice que en Brasil desde el ’88 se habla de un presidencialismo de coalición, es decir, el Congreso va para quien gana la presidencia. Estas voluntades individuales van a negociar directamente con el Poder Ejecutivo recursos y visibilidad”.
Por otra parte, el entrevistado explicó la situación de San Pablo: “Allí se está dando una cuestión que no sorprende de que la derecha es muy fuerte, que el Partido de los Trabajadores volvió a tener fuerza por más que haya salido segundo, y que el espacio tradicional de la derecha liberal conservadora ha sido ocupado por el bolsonarismo”.
Marcelo Barrale, que se encuentra en Río de Janeiro, dijo: “Estamos trabajando con un equipo integrado por distintas personas. Hicimos hace cuatro años un documental, y monitoreamos el clima social y urbanístico de Río de Janeiro”.
El arquitecto comentó sobre las elecciones: “Las amenazas de Bolsonaro y todo su sector de golpes de estado hicieron dudar efectivamente de la concreción del hecho democrático. Las elecciones se hicieron en ese clima de apriete, pero también es cierto que Brasil no es un país de derecha”.