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Argentina y el FMI, una relación con historia

Se ratificó la vuelta de Argentina al FMI. Esta relación data desde 1958, aunque el nuevo préstamo es superior a todos los anteriores sumados

* Por Alejandro Arnoletti

El Fondo Monetario Internacional aprobó este miércoles el Acuerdo Stand – By de tres años con Argentina por 50 mil millones de dólares y un primer desembolso inmediato por 15 mil millones de dólares. Éste es el préstamo más importante que el Fondo otorga en su historia y uno más en la larga relación que mantiene con nuestro país.

Esos 15 mil millones que va a desembolsar el FMI no llegarán directamente a la Argentina. El Fondo utiliza el Bank for International Settlements, con base en Basilea, para movilizar los préstamos. Esta organización internacional financiera es una especie de banco de los bancos centrales y hacia allí se girará el dinero de forma electrónica. La mitad de los 15 mil millones posiblemente queden en Basilea y pasarán a engrosar las reservas internacionales. Los otros 7.500 millones de dólares serán para el Tesoro pero serán guardados por el Banco Central. Ese monto será utilizado por Caputo para subastar regularmente cuando se necesiten los fondos que contrarresten el déficit fiscal. Del mismo modo sería utilizado para controlar el tipo de cambio, dándole liquidez al mercado.

El primer acuerdo entre el organismo y el país data de 1958, durante la presidencia de Arturo Frondizi. A partir de allí y hasta el último, se rubricaron préstamos por un total de 42.815 millones de dólares. El acuerdo del Macrismo con el organismo es por 50 mil millones de dólares. El presidente radical le ordenó a su ministro de Economía, Emilio Donato del Carril, la solicitud de un préstamo de 75 millones de dólares para “estabilizar el problema cambiario” y “frenar la inflación”. Un año después le pidió a Álvaro Alsogaray, el flamante titular de la cartera, otro acuerdo pero en este caso por 100 millones de dólares. El gobierno de Frondizi acabaría prematuramente en 1962 por un nuevo golpe de Estado. En esos cuatros años de Gobierno, la Argentina solicitó al fondo unos 375 millones de dólares.

Tras la destitución de Frondizi ingresó en la presidencia José María Guido. En el año y medio que duró su gestión de facto se requirieron otros 100 millones de dólares. Contrariamente a lo hecho por sus predecesores, Arturo Illia no solicitó créditos al FMI en los casi tres años que estuvo en la presidencia. El gobierno de Illia no pudo llegar a su fin porque la Revolución Argentina, encabezada por Juan Carlos Onganía, lo impidió con un nuevo golpe institucional. Ese gobierno militar que duró cuatro años requirió dos solicitudes de préstamo por 125 millones de dólares, a través del ministro Adalbert Krieger Vasena. Los otros militares que lo siguieron en Casa Rosada, Levingston y Lanusse, no pidieron nuevos créditos. Tampoco lo hicieron las breves gestiones democráticas de Cámpora, Lastiri y Juan Domingo Perón.

Tras la muerte del “General”, su esposa, María Estela Martínez, solicitó varios préstamos hasta un nuevo golpe de Estado la derrocó. El primero de ellos fue en 1975 por 76,09 millones y dos meses después, como consecuencia de la caída de las exportaciones, otro por 110 millones de dólares. La moneda estadounidense pasó de cotizar 37,70 pesos a 68,99 pesos. En los casi dos años que duró su mandato, la asistencia fue de 360 millones de dólares.

La última dictadura cívico militar duplicó la deuda externa por seis, pasando de 7.000 millones de dólares en 1976 a 42.000 millones de dólares en 1982. El plan económico de José Alfredo Martínez de Hoz tuvo un fuerte respaldo del FMI, con dólares frescos que le permitieron recomponer reservas, abrir la economía, liberar precios y desregular el sistema financiero. En esos sombríos años durante la gestión de Videla se pidieron 500 millones de dólares y en la de Reynaldo Bignone, 2.050 millones.

El retorno a la democracia en 1983 significó un cambio de relación con el Fondo Monetario, al menos, durante el período de Bernardo Grinspun como ministro de Economía de Alfonsín. El economista ordenó auditar la deuda externa para lograr la nulidad de la deuda ilegítima. Además se negó a firmar un acuerdo stand-by con el organismo. Pero ante el crecimiento de la inflación y la deuda impagable ya con Juan Vital Sourouille en el cargo, el FMI apoyó el Plan Austral. Durante los casi 6 años del primer gobierno tras el retorno a la Democracia, se solicitaron 3.880 millones de dólares.

La relación de Carlos Menem con el organismo de crédito fue caratulada como “relaciones carnales”. En sus 10 años como presidente se solicitaron cinco préstamos, el máximo durante una sola presidencia, por un total de 9.200 millones de dólares. Ese vínculo llevó a Michel Camdessus, director gerente del FMI en 1998, a calificar al político riojano como “el mejor presidente de los últimos 50 años”.

La crisis argentina explotó en 2001, durante la gestión de Fernando de la Rúa. La gestión de la Alianza tenía el triste logro de ser la que más dinero había solicitado al Fondo. Durante esos dos años el gobierno radical requirió de 13.600 millones de dólares para lograr el blindaje. Esta decisión económica incluyó préstamos a otros organismos por 24 mil millones adicionales. El préstamo sirvió para sostener el 1 a 1 hasta que los elevados vencimientos de deuda, los déficit fiscal y de cuenta corriente y un atrás cambiario minaron la productividad.

Tras la crisis, Eduardo Duhalde negoció una reprogramación que se rubricó en enero de 2003. Una nueva historia comenzó durante la presidencia de Néstor Kirchner, tras cancelar la totalidad de la deuda con el FMI. El Gobierno Nacional canceló los 9530 millones que se le debía al organismo, el 3 de enero de 2006. “Le dijimos ‘chau’ al Fondo Monetario Internacional. Somos más independientes”, había afirmado unos meses después en el marco del acto del 9 de julio.

Los dos mandatos de Cristina Fernández tuvieron una relación distante con el organismo, que había perdido su credibilidad a medida que Argentina se hundía en la crisis que estalló en 2001. El arribo de Mauricio Macri a la presidencia significó la recepción inmediata de las misiones de los “técnicos” del FMI. Dos años después, el 8 de mayo de 2018, el propio Macri anunció que se volvería a pedir el auxilio financiero. Y el pasado 7 de junio, paradójicamente en el Centro Cultura Kirchner, el ministro Nicolás Dujovne y el entonces presidente del BCRA, Federico Sturzenegger, informaron la firma de un acuerdo stand-by con el organismo.

Los 50 mil millones de dólares aprobados por el FMI son el monto del préstamo más alto otorgado por el organismo a un país. Y también es superior a los 42.815 requeridos por la Argentina desde el primer acuerdo, en 1958.

Fuentes: FMI, Clarín, La Nación, Infobae, Perfil