Daniel Acosta, a cargo de la Unidad Regional II, dialogó con Apuntes y Resumen. Aceptó que la fuerza debe reorganizarse y que quedó “como en un vacío”
Daniel Acosta, jefe de policía de la Unidad Regional II, opinó que es necesaria una reforma policial, aseguró que es necesario dotar de más agentes el patrullaje en la ciudad de Rosario y aceptó que la estructura “nunca alcanza” para una ciudad que vive “una situación social muy descontrolada”.
Con treinta años de servicio, Acosta asumió en la regional a fines de mayo. Ya había tenido un paso breve por el mismo cargo en 2020. Es el undécimo que ocupa ese lugar desde que se inició la gestión de Omar Perotti, en diciembre de 2019.
En diálogo con Apuntes y Resumen, Acosta aceptó que el debate para que se encare una reforma policial que permita sanear la Fuerza, pero también reasignar los recursos con los que cuenta, “es lógico y necesario” para reorganizar y reestructurar “todo lo que es la policía”.
“Se trabaja en eso. Lamentablemente hubo un cambio en la ley de personal policial que trajo sus cosas buenas y sus cosas malas. Debería replantearse y cambiar nuevamente para reorganizar a la policía, que quedó como en un vacío y atrasada en un mundo que cambia continuamente. Quedamos muy retrasados”, reconoció Acosta.
Consultado si entre los cambios que podrían introducirse existe la posibilidad de un comando civil, que rompa el tradicional mando vertical de la policía, Acosta consideró que “cada uno está preparado para su función, se perfeccionó para determinadas cosas”.
“El personal policial debe ser controlado por la política y la Justicia, pero también tener el poder de tomar decisiones, de resolver y trabajar para como fue preparado. Son decisiones políticas y no quiero entrar tanto en detalles”, moderó.
El jefe de policía aceptó que la situación provocada por la violencia urbana en Rosario “es muy preocupante” –en las últimas horas se cometieron cuatro nuevos crímenes–, pero destacó que desde que asumió, a fines de mayo, se logró aumentar la presencia de móviles en la calle hasta alcanzar los 160, además de lograrse un patrullaje en las calles más eficiente con la reasignación de cien agentes.
Sin embargo, aceptó que la estructura actual no es suficiente para enfrentar al delito organizado. “Nunca alcanza. Es muy poco para una ciudad tan grande y compleja, donde se vive una situación social muy descontrolada. Es poco. Tenemos que apuntar a más. Estamos esperando el egreso de la escuela de policía que nos va a dar más gente y más respiro. El recurso humano es poco para la ciudad”, consideró.
Acosta reflexionó por último sobre algunos nichos de corrupción dentro de la policía y las sanciones que deberían aplicarse. “Lamentablemente hemos caído con una imagen muy baja –reconoció–. La inseguridad genera el repudio contra la policía. Muchas actitudes han aumentado ese repudio, es lógico. Pero al mismo personal le indigna porque somos más de veinte mil en la provincia y cinco mil en el departamento Rosario. Y por dos o tres se mancha la imagen. Estamos acostumbrados que se generalice, pero duele porque hay mucha de bien que trabaja y se sube al patrullero todos los días. Cuando alguien se equivoca mancha al resto. Siempre sucede eso”.
Respecto del agravamiento de las penas contra policías corruptos, dijo que actualmente “tiene la pena que establece el Código Penal, pero duplicada por el uniforme”.
“El doble es muchísimo. No sé si debería ser más. Sería un debate a tener en cuenta. Habría que hacer más escuela, más docencia, más hincapié en corregir actitudes. Educando desde abajo para que no suceda. Eso sería lo ideal. Después cuando suceda, si las penas son más altas, bueno, cada uno sabe lo que hace”, concluyó.