Por Leandro Arteaga
Ya con el umbral puesto en el otoño, pueden señalarse varias consideraciones sobre el ambiente audiovisual de la ciudad. En rasgos generales, hay que distinguir la tarea de pantalla sostenida por parte de El Cairo Cine Público y CC Cine Lumière, de jueves a domingo funciones desde enero en adelante. No faltaron posibilidades de ver cine durante el verano, tal como también lo demuestra la tarea sostenida de El Cineclú de Rosario, con ciclos en Teatro de la Manzana y CC Parque de España, muchas veces colmando sala y ahora retomando funciones en la sala de Empleados de Comercio. Lo mismo por parte de Cineclub Rosario, con funciones quincenales que prepararon el comienzo formal del año. Tanto en una sala como en la otra, las programaciones son plurales, diversas, tocan al cine contemporáneo pero también al de otras épocas. Puede haber “quejas” por el cambio de rumbo, si se quiere, que tuvo el tradicional Cine Club Rosario, pero esto es inevitable y bienvenido, sea por el mentor irreemplazable que era Alfredo Scaglia pero también porque el criterio debe ser necesariamente otro. Hay otros públicos y mucho cine por descubrir, y las pantallas que ofrecen lugares como los dos “cineclubes” son ocasiones que deben aprovecharse en este sentido. Si se trata de ver lo que a uno le gusta, hoy las tecnologías ofrecen accesos fáciles a los deseos de cada quien.
En otro orden y entre los estrenos locales a señalar, hay que referir la función especial de ¿Dónde está Nora Lagos? que tuvo lugar en El Cairo. Documental de Rosaria Producciones (Judith Battaglia en dirección y María Langhi en producción), está dedicado a la única directora del diario La Capital (con 33 años, entre 1953 y 1955), militante peronista tres veces encarcelada, directora además de los periódicos semiclandestinos La Argentina (Justa, Libre y Soberana) y Soberanía. Que el cine moviliza no hay dudas, al respecto un ejemplo: el 28 de noviembre de 2022, con motivo de la realización de este film, se puso una placa con el nombre de Nora Lagos en La Capital; hasta ese momento, su imagen y nombre habían sido, literalmente, borrados del historial del medio de comunicación, que ni siquiera la recordó con motivo del centenario. ¿Dónde está Nora Lagos? fue elegido proyecto ganador en Plan Fomento 2020 –línea Desarrollo de Proyectos de Largometraje– y Documental Unitario ganador del premio Renacer 2021. Un logro que asegura pantalla y difusión, habida cuenta del inminente estreno que tendrá a través de la Televisión Pública. Además, rubrica el esfuerzo notable de Rosaria Producciones, que celebra sus primeros diez años de esta manera.
Otra producción a distinguir es Tres cosas básicas, de Francisco Matiozzi Molinas, con estreno simultáneo en Rosario (El Cairo) y Buenos Aires (CC General San Martín). Tres cosas básicas –producción de AVI Films– narra el secuestro y la desaparición de los militantes montoneros Tulio “Tucho” Valenzuela y Raquel Negro, con la debida atención en los capítulos fundamentales de su historia; entre ellos, la quinta de Funes, el chantaje de Galtieri, el viaje a México y la conferencia de prensa con Montoneros. En viaje entre tres países –Argentina, Cuba, México–, la película de Matiozzi Molinas se ordena alrededor de una pregunta: ¿es posible que el sacrificio más grande por una causa sea el de dar la vida? La película es un paso sustancial más en la trayectoria de Matiozzi Molinas, cuya sensibilidad cuenta con una obra relevante, como lo demuestran Murales: El principio de las cosas, la serie Militantes, el corto Cercanía eterna, y la serie web Cien estados creativos.
Finalmente, por la incidencia local que tuvo –y por la valía fílmica del caso– hay que destacar también a La reina desnuda, la más reciente producción de José Celestino Campusano, cuyo federalismo en la realización lo llevó a recalar en Ciudad de Gálvez y a contar con un equipo técnico y actoral santafesino. En La reina desnuda, Victoria (Natalia Page) vive varias cuestiones superpuestas y entrelazadas; entre ellas, problemas familiares, sucesión de bienes, ser pasante en el área de desarrollo social del municipio, a la par de una vida sexual y afectiva turbulenta; en un pueblo donde las miradas que sojuzgan aprietan más. Pero ella todo lo enfrenta. La cámara de Campusano, fiel a su poética, registra sin pudor y confronta a los personajes consigo mismos; y logra que la tarea de la actriz rosarina brille en su entrega, a partir de una interpretación en la que el film –tan polémico como sincero– hace pie.
En columnas anteriores se habló, y seguirá siendo así, de la industria audiovisual santafesina; sobre todo respecto de sus posibilidades y realidades. En este sentido, hay que comentar una de sus novedades recientes, referida a los créditos que para el sector anunciaron el Ministerio de Producción, Ciencia y Tecnología a través de la Secretaría de Industria, y el Ministerio de Cultura mediante la Subsecretaría de Industrias Culturales de la Provincia de Santa Fe, a través de la Agencias para el Desarrollo de Santa Fe y de Rosario: $5O millones en créditos para la compra de bienes de uso y capital de trabajo para la producción audiovisual, en todo el territorio provincial, a tasas del 0 y el 15 por ciento anual. Los créditos apuntan a un proceder industrial y validan la tarea llevada adelante por Plan Fomento, Pulsar, y la Santa Fe Comisión de Filmaciones (con funciones desde 2020).
Por último, resaltar el proyecto de expropiación del Cine Imperial (Corrientes 425) por parte de la Diputada provincial Mónica Peralta y un grupo autoconvocado de vecinos, profesionales y cinéfilos, con el fin de repetir lo mismo que sucedió con El Cairo en el año 2008, durante el gobierno de Hermes Binner. La ciudad necesita cines, teatros, música, todo el arte posible. Hay que reimaginar lo que somos. Es urgente, ¿no?