La organización achacó la devastación de las especies a diversas causas, entre las que se incluyen el cambio climático, la utilización de pesticidas y la construcción de canales para expandir la frontera agrícola e inmobiliaria
El arroyo Ludueña, se encuentra en un estado alarmante de degradación ambiental. Esta situación ha sido alertada por el Taller Ecologista, una organización ambiental local que ha registrado una importante mortandad de peces y niveles significantes de contaminación en su curso.
Según el informe presentado por el Taller Ecologista, la degradación de la cuenca del arroyo Ludueña es consecuencia de la falta de políticas públicas adecuadas para la gestión de los residuos sólidos, líquidos y gaseosos en la ciudad. Además, la presión inmobiliaria y la expansión de la ciudad sobre las zonas rurales han generado la pérdida de áreas verdes y la deforestación, que son fundamentales para el equilibrio del ecosistema de la cuenca.
En los últimos meses, el Taller Ecologista ha registrado una importante mortandad de peces en el arroyo Ludueña, que se extiende desde la localidad de Funes hasta el Río Paraná. Según los datos presentados por la organización, la mortalidad de peces es consecuencia de la contaminación del agua, que presenta altos niveles de metales pesados, hidrocarburos y otros contaminantes que afectan gravemente la salud de los organismos acuáticos y de los humanos que habitan en la zona.
En diálogo con La Marca de la Almohada, Sofía Naranjo, integrante del Taller Ecologista manifestó: “La cuenca depende de once localidades, no es nada más Rosario y Funes. Hay un programa provincial donde Santa Fe se comprometía a sanear y recuperar los cuerpos de agua superficiales y del Arroyo Ludueña no tienen datos de monitoreo”.
Naranjo destacó que el monitoreo del Arroyo Ludueña no requiere tecnología compleja ni financiamiento especial, sino que debería llevarse a cabo a lo largo de toda la cuenca y en al menos en dos momentos del año. Además, subrayó que el Arroyo es un cuerpo de agua dulce asociado a humedales y pastizales nativos, los cuales tienen importantes funciones hidrológicas.
La muerte de peces en la desembocadura del Arroyo Ludueña, donde se encuentran las guarderías, ha sido un problema recurrente, y Naranjo señaló: “La desmedida intervención en toda la cuenca, desde el cambio de uso del suelo por el avance de la frontera agrícola e inmobiliaria; al uso irracional de agroquímicos y fertilizantes; a la implementación de obras hidráulicas y canalizaciones, y los vertidos industriales y domésticos clandestinos, generan un nivel de degradación y contaminación muy alto”.
Y sentenció: “Todo este tipo de prácticas tienen un impacto significativo en la fauna y flora del arroyo, que se acentúa en épocas de altas temperaturas”.