Los ocho rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell en enero de 2020 comenzaron a ser juzgados
Los ocho jóvenes rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa a la salida de un boliche en Villa Gesell en enero de 2020 comenzaron a ser juzgados a partir de este lunes, en el marco de un proceso judicial que tendrá en medio del desarrollo un nuevo aniversario del hecho. El juicio continúa este martes, donde se espera que declaren los amigos de la víctima.
La Marca de la Almohada habló con Claudia Cesaroni, abogada y magíster en Criminología, quien dio su lectura sobre el caso haciendo foco en el “exceso de punitivismo” de una parte de la sociedad en los acontecimientos. “El punitivismo es la utilización extrema, exagerada y cruel del sistema de penas con el argumento de enfrentar el delito o calmar el dolor de las víctimas”, explicó Cesaroni.
Y señaló: “La discusión que yo intento dar no es plantear que los jóvenes son inocentes, planteo que 50 años de cárcel, sin salidas transitorias es como una muerte en vida y nunca va a reparar el dolor de las víctimas por la muerte de su hijo”.
En esa línea, aseguró que aplicar “penas brutales” como forma de “reparar” el dolor no funciona. “Si el objetivo de llevar una persona a la cárcel es que se reinserte en la sociedad, ¿Cómo se reinserta a una persona que está condenada a pasar 50 años en una cárcel?”, expresó la letrada.
Y agregó: “Nada equivale una vida, ni siquiera una muerte equivale a otra vida. Cuando matan al autor de un delito grave en Estados Unidos no es que la familia deja de sufrir”.
Además, la magíster en Criminología manifestó que no estima que los padres de los jóvenes hayan educado a sus hijos para “patearle la cabeza a otro tirado en el piso” y dijo que se puede pensar algo distinto para los acusados. “No quiere decir que los acusados no pasen una cantidad de tiempo privados de su libertad. Yo planteo si estos jóvenes pueden pararse frente a la sociedad y hacer algo más constructivo que estar 50 años encerrados. Esta idea de que por ser rugbiers son violentos, pregunto si se puede modificar”, planteó.
Por otro lado, Cesaroni estableció que la persona privada de su libertad no tiene que estar condenada a una “vida indigna”, incluso las personas condenadas por delitos de Lesa Humanidad.
“Estamos hablando de personas de 20 años y ponerle una pena de 50 años es condenarlas a una pena de más del doble de la edad que tenían cuando cometieron el hecho. Mientras que la gente condenada por delitos de Lesa Humanidad les llega cuando están terminando su vida”, aseguró la penalista.
Finalmente, explicó que el Derecho Penal solo puede castigar personas por lo que hacen no por la clase social a la que pertenecen. “En el presente, como se viene votando las reformas desde el 2004, las condenas se cumplen de punta a punta”, concluyó.