La diputada del PRO se refirió a la presentación del Presupuesto 2025 por parte del presidente Javier Milei, destacó el enfoque radical de reducción del gasto público y manifestó preocupación por algunos sectores, especialmente los salarios universitarios, pero respaldó la necesidad de un ajuste fiscal
El presidente Javier Milei acudió al Congreso para presentar los lineamientos económicos de su administración en el marco del Presupuesto 2025. Sin dar detalles concretos sobre las partidas, Milei enfatizó que el “déficit cero será la piedra basal”, junto con la promesa de no subir impuestos. Según la información posterior difundida por el Gobierno, se proyecta un dólar a $1.207 para diciembre de 2025 y una inflación interanual del 18,3% para ese mismo período. El cambio más significativo radica en la metodología presupuestaria, diseñada para garantizar el equilibrio fiscal sin importar las condiciones económicas.
La presentación, inusual al estar liderada directamente por el presidente y no por el ministro de Economía, tuvo como marco la ausencia de muchos legisladores opositores, quienes acostumbran debatir estos temas en la comisión correspondiente. Entre los presentes, sin embargo, se encontraba la diputada Germana Figueroa Casas, quien ofreció un análisis en diálogo con La Marca de la Almohada.
Figueroa Casas expresó que si bien está de acuerdo con la reducción del Estado, considera que el proceso debía ser gradual. “Estoy de acuerdo con achicar el Estado, pero hay un camino por transitar. Un cambio hay que hacer, pero hay una evolución que realizar”, comentó la diputada, subrayando que el contexto actual, con alta inflación y gasto público desmedido, requería una intervención profunda para restaurar la estabilidad económica del país.
Uno de los puntos más destacados de su análisis fue su apoyo a una reestructuración fiscal que elimine los impuestos más distorsivos y se enfoque en impuestos más racionales. “Impuesto a la renta tenés en todos los países del mundo, impuestos como Bienes Personales no. En Estados Unidos, por ejemplo, no existe”, explicó Figueroa Casas, destacando la necesidad de mantener impuestos sobre bienes personales, pero a un nivel “normal” para evitar la fuga de empresarios y capitales.
Además, la diputada criticó duramente el gasto público acumulado en los últimos años, que, según ella, se dilapidó en subsidios y ayudas sociales sin un criterio claro ni responsable. “Nadie esperaba que Milei bajara el gasto así”, reconoció Figueroa Casas, haciendo referencia a las expectativas que generó la llegada de Milei al poder. A su juicio, la falta de responsabilidad en la emisión monetaria y la expansión del gasto fue una de las causas que llevó al país a la situación económica actual.
Otro aspecto clave en su intervención fue la crítica a lo que denominó “el peor impuesto que estábamos pagando todos”: la inflación. Para Figueroa Casas, el impuesto inflacionario afecta de manera desproporcionada a la sociedad, y en ese sentido respaldó las medidas de Milei destinadas a combatir este flagelo. “Estamos de acuerdo en cortar la inflación”, afirmó, subrayando la urgencia de atacar este problema estructural.
A pesar de su apoyo a las principales líneas del presupuesto, la legisladora nocional no ocultó su preocupación por ciertos sectores, especialmente los vinculados a la educación. “Me genera mucha preocupación los sueldos universitarios, están muy bajos”, señaló la diputada, y agregó que, aunque la necesidad de ajuste es clara, es fundamental no olvidar la discusión sobre la mejora salarial de los docentes y no docentes universitarios. A su juicio, el proyecto aprobado inicialmente recargaba aún más el gasto en comparación con el que habían apoyado en el PRO.
En lo que refiere al posible veto a la Ley de Financiamiento Universitario, la diputada insistió en que el debate sobre este tema aún está lejos de cerrarse, y que las condiciones laborales en las universidades deben ser una prioridad.
El enfoque del presidente Milei, que consiste en primero definir cuánto ahorrar y luego cuánto gastar, generó controversia en el Congreso, particularmente por su firme decisión de blindar el equilibrio fiscal a toda costa, incluso a expensas de potenciales ajustes en sectores sensibles. Para el Gobierno, este enfoque asegura que la deuda externa será pagada sin comprometer la estabilidad económica del país.
La oposición, por su parte, señaló la ausencia de una discusión profunda y detallada sobre los pormenores del presupuesto. El hecho de que el presidente no respondiera preguntas durante la sesión fue motivo de crítica, especialmente porque esta presentación suele ser realizada por el ministro de Economía, quien aclara las dudas de los legisladores. Sin embargo, algunos miembros de la comisión de presupuesto, entre ellos Figueroa Casas, estuvieron presentes y ofrecieron sus comentarios sobre la exposición presidencial.
El presupuesto 2025 proyecta una inflación controlada para diciembre de ese año, con un dólar estabilizado, lo que contrasta drásticamente con las proyecciones inflacionarias actuales. Aun así, el gobierno dejó en claro que, para alcanzar estos objetivos, será necesario un ajuste fiscal riguroso, algo que genera preocupación en algunos sectores económicos y sociales.
Según información adicional proporcionada por el Gobierno, el ajuste incluye una fuerte reducción de la obra pública, la cual quedará casi paralizada en los próximos años. Asimismo, se destinarán recursos adicionales al fortalecimiento de la defensa y el gasto militar, lo que ha generado inquietud entre algunos opositores que consideran estas prioridades discutibles en el contexto de una crisis social y económica.
Figueroa Casas también se mostró cautelosa respecto al impacto que estos ajustes podrían tener en el corto plazo. A pesar de su apoyo general a la política de Milei, reconoció que la implementación de estas medidas deberá ser monitoreada cuidadosamente para evitar mayores tensiones sociales. “Venimos de años muy difíciles, y hay sectores que necesitan respuestas urgentes”, concluyó la diputada.