El legislador de la Cámara baja por Santa Fe José Nuñez, integrante desde el PRO de la bancada Juntos por el Cambio, accedió a dialogar con Radio Universidad en medio de la sesión en la que se debate el mega proyecto enviado por el Ejecutivo de Javier Milei.
Nùñez, consultado por el programa Apuntes y Resumen, recalcó que desde su partido decidieron acompañar el proyecto de ley porque “en muchos delos artículos están de acuerdo” y en los que no, plantearán las disidencias. En caso de que no sean atendidas, explicó, en el PRO hay libertad de acción para no votarlos. Uno de los ejemplos en los que hay miradas diferenciadas, señaló, es en los temas referidos al ámbito cultural.
Otro punto que no está definido es el referido al biodiesel, que sufrió cambios, fue motivo de varias negociaciones pero no quedó precisada la redacción final del artículo. “Genera dudas”, señaló Núñez. Y añadió que lo deseable es que el Gobierno se siente a dialogar con el sector productivo para acordar, y no lo coloque en una situación de tironeo. Respecto a su posición, el diputado consideró que hay que subir el corte (proporción de mezcla con naftas) porque contribuye al medio ambiente y les da trabajo a numerosas pymes y grandes empresas del sector, en particular las asentadas en Santa Fe.
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Otro punto en el que Núñez tiene reparos es en el referido a las sucesiones y divorcios. Requiere, explicó, el armado de una mesa de diálogo a partir del primero de marzo, ya en sesiones ordinarias. Y allí, completó su postura, llamar a todos los involucrados, que el oficalismo les explique cuál es su objetivo y que reciba luego propuestas para alcanzarlos.
En ese y otros puntos, cuestionó, la dinámica de las discusiones y las negociaciones es incorrecta: se discute el cómo en lugar del por qué.
El legislador por Santa Fe recalcó que está a favor de las privatizaciones en términos generales. Pero planteó matices. Hay que debatir cuáles son estratégicas, cuáles ceder al ámbito privado y cuáles no, y en cuáles puede haber una gestión público-privada. En ese sentido, se alejó de posturas fundamentalistas al opinar que una empresa pública puede ser eficiente y una privada lo contrario. El problema, siguió, es cuando los gobierno de turno las usa con un interés partidario.