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Propiedad privada, comercio libre, cambio drástico y trato implacable a quienes resistan

Minutos antes de las 22, lo anunció su hermana dentro del búnker de La Libertad Avanza. “Quiero presentar al presidente electo Javier Milei”, introdujo Karina Milei en medio de ovaciones y la música de La Beriso. Fue el único orador, y leyó

“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina”, arrancó el libertario sin las exaltaciones emotivas en las que supo derrapar, que retomó parcialmente después, ante los militantes en la calle. Pero ratificó un modelo de país anclado en el siglo XIX en el que, para él, la Argentina fue “potencia mundial”. Y que lo volverá a ser, pronosticó, de acá a “35 años”.

Milei le respondió en su discurso leído al hasta ahora ministro de Economía –poco después se anunció que pidió licencia para facilitar la transición– y candidato de Unión por la Patria al señalar que hasta el 10 de diciembre, cuando asuma la presidencia, el actual gobierno es responsable de lo que suceda con las variables económicas.

Entre los agradecimientos por el triunfo, además de los consabidos a los fiscales propios y del PRO, mencionó al “presidente” Mauricio Macri y a la “señora” Patricia Bullrich. A su hermana Karina también, y sumó a “ese gigante”, como calificó a Santiago Caputo. Lo definió como el “arquitecto” de la construcción que ahora lo deposita en la Casa Rosada.  Se trata del sobrino de Nicolás “Nicky” Caputo, el empresario dueño de la tecnológica fueguina Mirgor y “amigo del alma” de Macri desde los tiempos de colegio en el Cardenal Newman. Y sobrino también del “Messi de las finanzas”, el ex ministro de la gestión Cambiemos Luis “Toto” Caputo. Santiago se sumó a los equipos de Milei en 2021, promediando la primera campaña libertaria, y desde entonces fue escalando hasta convertirse en uno de los asesores de máxima confianza en materia de comunicación política del presidente electo.

El libertario reafirmó sus postulados y las generalidades en las que basó su ascenso político. Se terminó, dijo, “el modelo empobrecedeor del estado omnipresente”, toda una definición. El suyo, siguió, será un “gobierno limitado”, que cumplirá con los postulados de campaña, y estará al servicio de “la propiedad privada y el comercio libre”. Enfrente, los presentes coreaban el estribillo nacido tras la crisis de 2001: “Que se vayan todos”.

Milei también lanzó una advertencia tras reconocer que habrá “gente que se va a resistir” al modelo que propone. Y advirtió que será “implacable con los que quieran usar la fuerza” para manifestar sus disidencias. Lo que se viene, agregó, son “cambios drásticos” porque, completó, “no hay lugar para el gradualismo, la tibieza y las medias tintas”.

Y si bien prometió que aceptará acompañamientos, no será una escucha de quienes propongan alternativas sino de aquellos que quieran “sumarse” a sus propuestas.

 

Un presidente “liberal libertario”

Terminado el discurso leído en el búnker, Milei salió para arengar a los simpatizantes en la calle, ya más encendido. Lo hizo acompañado de la vice electa, Victoria Villarruel, de la cómica Fatima Florez y de su hermana. Allí dijo que la de este domingo fue la elección “más importante de los últimos 100 años”.

Para el libertario, el resultado de los comicios significa la “emergencia de las ideas del cambio y la libertad”.

Sin contención, anticipó tiempos duros: “Tenemos la determinación por poner en caja las cuentas fiscales, para arreglar los problemas del Banco Central, para poner de pie a la Argentina y salir adelante”. Y advirtió, envalentonado por su amplio triunfo, de casi 12 puntos: “Esto no es una tarea para tibios o para cobardes, mucho menos para corruptos. Es una tarea para aquellos que queremos poner de pie a la Argentina, lo vamos a hacer como se hizo en el siglo XIX”, volvió a remitir su propuesta a dos siglos en el pasado.