Eduardo Javkin, vicepresidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario y fundador del Grupo Oroño, describió un horizonte de riesgo para el sector tras las PASO y opinó sobre medidas que propuso el candidato más votado, Javier Milei
Devaluación brusca, ausencia de precios, candidato más votado sin perspectivas de que pueda concretar el programa que propone si llega al Gobierno. Un combo que genera incertidumbre generalizada y que impacta en particular sobre las prestaciones médicas de gestión privada. Así, en poco tiempo más, no podrán seguir funcionando. Esa fue la descripción y el pronóstico que ofreció en diálogo con Apuntes y Resumen Eduardo Javkin, vicepresidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario y fundador del Grupo Oroño.
“No hay precios en los insumos importados, que explican entre el 80 y el 90 por ciento de los que se usan en una institución médica”, destacó Javkin sobre el principal problema, en el corto plazo, que afrontan las empresas de salud privadas. “Las tubuladuras, los elementos para cirugías cerebrales o cardíacas, las suturas…”, precisó sin agotar la lista sobre lo que se fabrica en el exterior y en este momento escasean: los proveedores no les ponen valor o no los venden.
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La situación descripta por Javkin no generará un colapso inmadiato, aclaró, porque los sanatorios tienen un stock que les permiten seguir funcionando entre 20 y 40 días. Sin embargo, afirmó que de no corregirse ese descalabro, la situación será de alta gravedad. Y aún en lo inmediato, es preocupante en relación a algunos insumos que no se comprar por anticipado, como las prótesis, porque son específicas para cada caso y paciente.
La actividad, como es el caso de los alimentos, tampoco admite dilaciones. La adquisición de una válvula cardíaca, por ejemplo, no se puede postergar como cualquier otro bien o servicio. Respecto de los contactos de los referentes del sector con las autoridades nacionales, Javkin señaló que por el momento no hay precisiones, y que les responden que esperen porque se van a tomar medidas para corregir los problemas.
Para el dirigente empresario, los ministerios de Economía y Salud deben tomar decisiones urgentes para poder garantizar la prestación de los servicios de salud de gestión privada.
La situación política y social es incierta
“El dato sobresaliente es la incertidumbre. Nadie esperaba el resultado (de las PASO) y el candidato con más votos tampoco ofrece certezas aunque parece que tiene su plan estructurado”, refirió Javkin en torno a la coyuntura política. Sobre Milei, las dudas se posan sobre equipos técnicos y de gestión que aún no mostró, sobre sus chances de poner en vigencia leyes o derogar otras en el Congreso, sobre la ausencia de apoyos gremiales o territoriales (gobernadores e intendentes).
“Si bien tiene un proyecto, desde lo operativo es incierto, y eso genera una incertidumbre, a lo que se suma la devaluación el día siguiente a las PASO que ya el Gobierno tenía pautada con el FMI”, reforzó el dirigente de la Asociación de Clínicas. Claro está, que con el escenario de dos tercios tampoco hay posibilidad de anticipar si habrá o no ballotage, y en ese caso quiénes llegarán a la segunda vuelta.
Milei, más allá del video en el que despega el cartelito del Ministerio de Salud anticipando su intención de eliminarlo, esbozó un esquema de vouchers
para el sector (lo mismo para Educación) que en vez de financiar la oferta (hospitales, obras sociales…) lo hace con la demanda. Javkin recordó que es un sistema conocido. Y abundó sobre su inciabilidad en la Argentina y las consecuencias sociales de mayor brecha social si es que se intenta de todos modos implementar. “El criterio es que como la salud es una responsabilidad provincial, con este modelo la Nación se termina de despreocupar”. La cartera nacional, en realidad, no sostiene hospitales, salvo unos pocos, aclaró Javkin, sino que coordina programas, como los de vacunación o anticoncepción, y políticas como en el caso de la pandemia.
El problema de implementar los vouchers también está en la inequidad geográfica, señaló, porque las provincias, que sostienen los efectores de salud, son muy diferentes en recursos disponibles. A la vez, insistió, el sistema implicaría la destrucción del hospital público, porque con los vicios organizacionales que tiene acicateados por la alta demanda, que los hace menos competitivos que los centros de gestión privada, terminarían por vaciarse de financiamiento. “Será el peor de los mundos desde el punto de vista práctico”. Javkin cuestionó que se trata de propuestas que no están basados en estudios económicos o sociológicos.