Diego Rubio, miembro de la comisión directiva de la Asociación de Industriales Panaderos, aseguró que ya advierten incrementos en las materias primas, aunque por ahora evitan trasladarlo a los clientes
La devaluación impulsada por el Gobierno el lunes pasado generó un cimbronazo en distintos sectores de la economía que trabajan, por el momento, sin una referencia clara en los precios. Uno de los rubros es el de los panaderos donde ya se registra un encarecimiento para la reposición de la materia prima con la que se elaboran ese tipo de productos, aunque incremento no fue trasladado aún a los clientes.
En diálogo con Apuntes y Resumen, Diego Rubio, miembro de la comisión directiva de la Asociación de Industriales Panaderos, aseguró que las fábricas no tienen aún una lista nueva con precios actualizados, por lo que “no están vendiendo” materia prima.
“Te van entregando lo mínimo y uno también compra lo mínimo porque no sabés si ese precio que te venden es real, si va a haber intervención del Estado para frenar un poco el impacto de una devaluación tan brusca. Para tener una cosa clara con los costos estamos esperando que las fábricas larguen las listas nuevas”, explicó el panadero.
Actualmente, el precio del pan oscila entre los 600 y los 700 pesos el kilo, un valor que se mantuvo en el último mes. “No subió todavía. Tomamos la precaución de hacer un estudio de costos antes de subir y no hacer aumentos a la bartola. Un estudio de costo lo vamos a poder realizar recién cuando tengamos los precios reales”, precisó Rubio.
“Los distribuidores, y uno en parte los entiende porque no pueden liquidar stock de lo que tiene sin saber cuánto va a ser el costo de reposición, lo están subiendo teniendo en cuenta este índice (de aumento) del dólar. Por eso compramos lo mínimo, aunque mientras tanto nos descapitalizamos porque estamos vendiendo nuestros productos sin saber a cuánto va estar. Pero tampoco podemos cerrar nuestras panaderías”, explicó sobre el equilibrio que deben en un momento de marcada inestabilidad de la economía.
Tercera generación de panderos, Rubio recordó que otros momentos complejos para el rubro se vivieron en 2001 y tras los tarifazos del Gobierno de Mauricio Macri. Y advirtió que “si esto no se encauza vamos a algo parecido”.
Como un coletazo más de la crisis, comentó que muchos de sus colegas optan por dejar de atender al público y siguen elaborando el pan de manera clandestina. “El tarifazo y la brusca devaluación de 20 a 40 pesos, llevó al cierre a muchas panaderías. Y muchos pasaron a fabricar de manera clandestina. Hoy estamos en esos niveles. No se recuperó más. El 50 por ciento del pan que se consume en Rosario está producido de manera ilegal. Cuando la economía funciona de manera más ordenada hay que gente que va pasando de estar clandestino a ir ordenándose. Y en momentos malos es a la inversa. Se van fundiendo y van pasando de estar habilitados a trabajar en el galpón a puertas cerradas”, aceptó con pesar.