Mariano Antenore, de la Asociación Rosarino Amigos del Riel, celebró la recuperación del servicio después de 45 años, pero lamentó “la falta de locomotoras y de inversiones” y las múltiples trabas que impone a los usuarios
A días de cumplirse un año de la reinauguración del servicio de trenes que une Rosario con Cañada de Gómez, Mariano Antenore, integrante de la Asociación Rosarina Amigos del Riel, planteó su aprobación por recuperar la frecuencia después de 45 años, pero lamentó que las mejoras que se plantearon desde agosto del año pasado a la fecha “no se han producido”.
“El tren tiene cancelaciones por falta de locomotoras. Es un problema generalizado en todo el ferrocarril Mitre. No existen maquinas disponibles suficientes. Cuando se adquirieron veintidós locomotoras se suponía que se repartían en los servicios Buenos Aires-Rosario y Buenos Aires-Mar del Plata. Pero se sumaron otros servicios y hay un problema de sabana corta. Las inversiones estatales concluyeron en 2016 y no avanzaron hasta el presente. Si se seguía con los programas que existían, hoy la situación ferroviaria nacional sería más auspiciosa”, planteó Antenore en diálogo con Apuntes y Resumen.
Respecto de las múltiples dificultades que presenta, marcó entre otros puntos la baja frecuencia, la imposibilidad de utilizar la tarjeta Sube, que los menores de 18 años sólo puedan viajar acompañados por un adulto responsable y que la venta de pasajes por internet presenta demasiados requisitos, como si se tratase de un servicio de larga distancia. También, que no se puede subir con bicicletas y la falta de transporte público en Rosario, el punto al que llegan con el tren pobladores de distintas localidades.
“Cuando llegás a Rosario Norte tampoco hay transporte público, un problema del municipio que no ha sido capaz de resolverlo o no ha tenido voluntad política. Se bajan cien personas y se encuentran en Ovidio Lagos y Aristóbulo del Valle sin tener con qué movilizarse”, indicó Antenore.
“El tren tiene muy poca demanda. Corre con una locomotora vieja. Es lo que hay disponible. Lo arrastra un furgón usina y la formación, que era de tres coches, ahora es de dos. Pero uno está fuera de servicio. Viene con luz apagada porque no hay demanda. Hay distintos actores que no cumplieron. Y no tenemos un transporte interurbano con ómnibus que sea confiable”, advirtió el autor de los libros “Trolebuses rosarinos” y “Tranvías de Rosario”.
Antenore expresó también sus críticas porque el Gobierno no se atrevió a estatizar parte de los servicios y prorrogó la concesión a la firma Nuevo Central Argentino, que prioriza su propio negocio de cargas y que, entre otras cuestiones, aprovecha el trabajo de mejoramiento de las vías que realiza el Estado. “¿Por qué la gestión no quiso lo que la misma agrupación política venía haciendo hasta 2015? Esa respuesta no la tenemos”, dijo Antenore sobre una presencia estatal más firme en el sector.
El miembro de Amigos del Riel reclamó en tanto que se recuperen los talleres que funcionaban en Pérez para la reparación de máquinas: “Tienen que ser recuperados. Y si al dueño no le interesa tenerlo, tiene que volver al Estado. La importancia es estratégica”.
Por último, dijo que el prometido servicio que podría unir Rosario con Casilda no lo ve viable, entre otras cuestiones, por el estado en el que se encuentran las vías. “De Cabín 9 a Casilda hay tramos de precaución de circulación de doce kilómetros por hora. Es una vía muy antigua que no podría ofrecer un servicio competitivo. A menos que se cambie toda la infraestructura”, lamentó.