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Calle Salta: a diez años de la tragedia, homenaje y una queja que “duerme” en la Corte

Claudia Vaio, la mamá de Santiago Laguía, un de las veintidós víctimas de la explosión por un escape de gas, habló en La Marca de la Almohada sobre el acto del domingo y el estado de la causa donde sólo fue condenado un gasista

El próximo domingo se cumple el décimo aniversario de la peor tragedia en la historia de Rosario. A las 9.38, en Salta 2141, se iniciará el acto para recordar a las veintidós víctimas de la explosión provocada tras una fuga de gas. El episodio ocurrido el 6 de agosto de 2013 se saldó judicialmente con la condena a cuatro años de prisión efectiva contra un gasista, aunque un recurso de queja descansa en la Corte Suprema de la Nación.  

En diálogo con La Marca de la Almohada, Claudia Vaio, madre de Santiago Laguía, una de las veintidós víctimas de la explosión, explicó que, al elevarse un recurso a la Corte Suprema de Santa Fe, María Angélica Gastaldi votó en disidencia. La jueza consideró que personal de Litoral Gas –la empresa proveedora del servicio– debía ser imputado. Esa mirada contraria a la de sus pares abrió la puerta para elevar una queja ante el máximo tribunal de justicia de la Nación.

“Aún duerme en la Corte Suprema de la Nación una queja. No hay novedades. La idea es que den lugar a que se revea el veredicto. Si hay una jueza que no piensa como los demás, hay una disidencia, algo hay. Eso da lugar a que se pueda presentar una queja”, explicó Vaio sobre la situación actual de la causa.

La madre de Laguía volvió sobre el argumento que expresaron siempre los familiares de las víctimas y los vecinos del edificio respecto de que la culpa no podía recaer sólo sobre el gasista que manipuló una válvula el día de la explosión. Una mirada compartida con la fiscal que trabajó sobre el caso, Graciela Argüelles.

“Tenemos todas las auditorias que hemos hecho a Litoral Gas, al Enargás. Presentamos todo ante el gobernador de turno, ante todas las autoridades y en la causa a través de la querida Graciela Arguelles, quien lamentablemente ya no está. No le dieron importancia a nada. Consideraron que el único responsable era el gasista. No tiene sentido. ¿Cómo un gasista matriculado, categoría dos, una categoría que le brinda Litoral Gas, va a ir a cambiar un regulador y no va a cerrar la llave de gas? No entra en ninguna cabeza”, insistió.

En cuanto al espacio de memoria que se construye en el lugar de la tragedia, Vaio detalló que en la planta baja se construirá un memorial para recordar a las víctimas. El espacio contará con un zoom abierto a la comunidad, donde puedan organizarse charlas, conferencias y encuentros con fines caritativos. La intención es que pueda estar terminado, de acuerdo a lo que les comentaron a los familiares, en abril del año próximo. En los pisos superiores se construirá el Instituto Superior del Profesorado de Música Carlos Guastavino. “Eso nos pareció algo hermoso”, celebró Vaio.

Sobre las consecuencias de lo sucedido hace diez años en el 2100 de la calle Salta, la mujer dijo que espera que aquella experiencia permita profundizar los controles en la provisión del servicio y los cuidados que se requieren para la utilización del gas.   

“Hay que concientizar a la gente para que tenga mucho cuidado con el tema del gas. Pero si los controles no los hace la empresa que tiene que hacerlo, siempre estamos en la misma. Van a hacer un trabajo en la calle y no tienen idea de los planos, a qué altura están los caños. Cuando fue esto los caños estaban todos enredados con cables de teléfono. Por eso demoraron tanto en cortarlo. Porque cortaban todo si tocaban. Y no lo invento. Lo declaró Viviana Leegstra, la gerente técnica de Litoral Gas. Era un enredo de cables que no tenían ni idea de cómo cortarlos. Mientras tanto, los nuestros se estaban pulverizando ahí adentro”, lamentó sobre las improvisaciones que se presentaron para trabajar tras la explosión.

El acto del domingo comenzará con el sonido de las sirenas. Cecilia Petrocelli cantará el tema “Razón de vivir”, de Víctor Heredia. Uno de los familiares tomará la palabra y un sacerdote fue convocado para bendecir el memorial que ya comenzó a construirse. El final llegará con más música: cantarán los alumnos de la escuela Guastavino y los creadores de la canción “Veintidós libros abiertos”, compuesta en homenaje a las víctimas de calle Salta.