Nicolás Del Mastro, delegado regional en Rosario del Comité Ejecutivo de la Lucha contra la Trata, contó detalles del caso que, sólo en la ciudad, permitió liberar a un centenar de personas

Una investigación que demandó tres años de trabajo permitió rescatar, luego de treinta y ocho allanamientos realizados en seis provincias, permitió rescatar sólo en Rosario a un centenar de personas captadas por una red de trata de personas con fines laborales y alojadas en un centro de rehabilitación de adicciones.

Los operativos se iniciaron el martes, a partir de la orden de un juzgado Federal de San Luis en un trabajo coordinado desde el Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la protección y asistencia a sus víctimas y el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de Víctimas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas.

Nicolás Del Mastro, delegado regional en Rosario del Comité Ejecutivo de la Lucha contra la Trata, aseguró a La Marca de la Almohada que en la ciudad “dio positivo en múltiples espacios, donde encontramos personas con indicadores de reducción a la servidumbre”.

“En Rosario, de los cuatro allanados, tres dieron positivo. Uno en la zona sur de Rosario con 33 personas de las que 15 eran menores de edad. Uno en calle Pasco al 8000, con 29 varones mayores de edad y uno en Juan José Paso al 1600, también con varones en este contexto. Además, tuvimos uno en Santo Tomé, con una granja para 29 varones mayores de edad”, detalló el funcionario.  

La organización que los captaba trabajaba bajo la fachada de una Organización No Gubernamental para el Desarrollo (ONGD) denominada “Fundación Remar”, que decía tener como fin colaborar con jóvenes en situación de vulnerabilidad. Los hacía trabajar en la venta callejera o en distintas actividades vinculadas a los comercios de los cuales eran propietarios los titulares de la organización.

“Lo que estamos viendo es una modalidad nueva del delito de trata que tiene que ver con una situación de vulnerabilidad en materia de la salud, de la salud mental, de los económico o afectivo, que no necesariamente tiene que ser de consumo problemático o adicciones”, explicó Del Mastro sobre el perfil de las personas captadas.  

“Voluntariamente, entre comillas, son llevadas allí con la idea de firmar un contrato o un consentimiento que en realidad es un engaño porque firman un voluntariado social sin ningún tratamiento, sin ningún proyecto de progresividad en su diagnóstico, ni prescripción profesional. Son aislados de sus bienes personales, de sus afectos, del exterior, y son iniciados en el trabajo de tareas domésticas de cuidado. Luego en la producción de alimentos, más tarde en el de la construcción y por último con la venta ambulante, con un tope de recaudación”, detalló el funcionario sobre el método que utilizan los organizadores de la captación.

“En este método están siempre presentes instancias vinculadas a la captación coercitiva que genera una organización. Tiene que ver con un adoctrinamiento, un ocultamiento de intenciones, un vínculo de mando y obediencia, de un referente, de una organización piramidal. Un montón de elementos que informamos a la Justicia”, detalló.

La investigación permitió establecer que las maniobras se desarrollaban en todo el país, utilizando distintas actividades comerciales, y que el grupo cuenta con conexiones en Sudamérica y Europa. Los fondos que se obtenían eran enviados a Uruguay para lograr allí la adquisición de dólares y luego girados a España, donde la fundación tiene su sede central.

“Hay una violencia coercitiva que genera este sistema de reclutamiento que tiene como objetivo no la mejora de la vida de las personas, sino la de producir dinero a través del trabajo en condiciones inhumanas. Sin alimentos frescos, sin elementos de higiene y aseo persona. Sin elementos de higiene y seguridad para el trabajo. Sin una remuneración. Además, hay también adoctrinamiento. Son indicadores que pudimos relevar, que estamos tabulando y que no es el primer caso que tenemos de estas características, pero sí de esta magnitud”, concluyó Del Mastro.