La Universidad Nacional de Rosario pondrá en marcha en septiembre un sistema de aportes voluntarios para graduados y empresas, que permitirá donar dinero, bienes o servicios. En medio de la crisis presupuestaria y del congelamiento de partidas nacionales, el rector Franco Bartolacci remarcó que se trata de “un instrumento solidario” para sostener el crecimiento académico, científico y edilicio de la casa de estudios

La Universidad Nacional de Rosario (UNR) prepara el lanzamiento de su Programa de Solidaridad Universitaria, un plan que busca institucionalizar la ayuda de graduados, empresas y particulares para sostener la actividad académica y científica en un escenario de fuerte asfixia presupuestaria.
La iniciativa permitirá realizar aportes voluntarios en dinero, bienes o servicios. Las contribuciones podrán efectuarse a través de una página web, donde cada interesado encontrará el botón “Aportá” para canalizar la donación vía tarjeta de crédito, débito o transferencia bancaria. Habrá tres líneas de destino definidas: infraestructura y reforma edilicia, equipamiento tecnológico y movilidad internacional estudiantil.
Según adelantó el rector Franco Bartolacci, los aportes podrán ser únicos, periódicos o mensuales. En todos los casos, los donantes contarán con información transparente sobre el uso de los fondos: avances de obra, proyectos financiados, cantidad de beneficiarios y actualizaciones constantes mediante cuadros, gráficos y reportes.
“Atravesamos una situación difícil, todos lo saben, que afecta nuestras actividades y en particular la posibilidad de mantener como corresponde nuestros edificios, proyectar nueva infraestructura o reponer equipamiento tecnológico costoso que es vital para la enseñanza y la investigación. Apelamos a la solidaridad de quienes pudieron formarse en la UNR para que, de manera voluntaria, nos ayuden a sostener estas tareas”, señaló Bartolacci.
Un contexto de ajuste y expansión académica
El programa surge en medio del congelamiento del presupuesto nacional para las universidades en 2025. La UNR destina el 95% de sus partidas a salarios y apenas el 5% al funcionamiento de facultades, colegios preuniversitarios, programas y dependencias. En paralelo, el Plan Nacional de Infraestructura Universitaria permanece paralizado.
Aun con ese escenario, la casa de estudios mantuvo un proceso de crecimiento: desde 2019 redujo a más de la mitad los cargos de autoridades, creó cuatro escuelas preuniversitarias, una escuela de oficios, una secundaria virtual y más de 10 nuevas carreras, entre ellas Ciencia de Datos, Inteligencia Artificial, Seguridad Pública, Turismo y Diseño Industrial. Ese desarrollo significó la incorporación de 25.000 nuevos estudiantes.
“No nos vamos a quedar esperando lo que corresponde mientras lo que hacemos se deteriora. Mientras exigimos lo que corresponde, vamos a buscar alternativas para sostener lo importante y proyectar el futuro”, advirtió el rector.
A dónde se destinarán los aportes
- Infraestructura y Reforma Edilicia: garantizar el mantenimiento de edificios patrimoniales y acompañar el crecimiento de la matrícula.
- Equipamiento: modernización de aulas y laboratorios, incorporación de herramientas de innovación y apoyo a proyectos de investigación científica.
- Movilidad internacional estudiantil: financiamiento para que alumnos participen en competencias y estancias académicas en el exterior, como las olimpíadas de física, química, matemática o informática, que solían tener fondos nacionales hoy interrumpidos.
En el caso de las empresas, además, se prevén beneficios impositivos y oportunidades de vinculación institucional, lo que refuerza lazos con la universidad y potencia redes de contacto.
Un lazo con los graduados
Bartolacci subrayó que el nuevo programa responde también a la demanda de miles de egresados que viven en distintos puntos del país y del mundo y que expresaron su deseo de colaborar.
“Hay graduados que todo el tiempo nos preguntan cómo ayudar. Este instrumento les permitirá hacerlo y a la Universidad seguir adelante. Quienes pasaron por nuestras aulas saben que pudieron formarse gracias al esfuerzo colectivo que sostiene a la universidad pública. Queremos institucionalizar ese compromiso y expandirlo”, afirmó.
El rector recordó que actualmente ya existen aportes puntuales de exalumnos y empresas, pero que este programa permitirá ordenar, jerarquizar y ampliar la colaboración.
La presentación oficial del Programa de Solidaridad Universitaria se realizará en la primera semana de septiembre, con la expectativa de que se convierta en una herramienta estable para sostener el desarrollo académico, científico y edilicio de la UNR en medio de la incertidumbre presupuestaria nacional.