Científicos argentinos y del exterior recorren el fondo del Atlántico Sur en una campaña inédita, transmitida en vivo por YouTube. Identificaron hábitats vulnerables, especies poco conocidas y plásticos en zonas extremas

El 23 de julio zarpó desde Mar del Plata una expedición científica sin precedentes: la campaña Talud Continental IV, una misión conjunta entre el Conicet y el Schmidt Ocean Institute, que explora con tecnología de punta el cañón submarino frente a la costa atlántica bonaerense. A bordo del buque Falkor, científicos y científicas de diversas instituciones argentinas investigan la biodiversidad de las profundidades del Mar Argentino. Por primera vez, las transmisiones se realizan en vivo por YouTube, y miles de personas siguieron la travesía desde sus casas durante el último fin de semana.
La campaña, liderada por el Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN–CONICET), cuenta con participación de expertos del Centro Nacional Patagónico (CENPAT), el Instituto de Biología de Organismos Marinos (Ibiomar) de Puerto Madryn, y centros académicos de Ushuaia, Buenos Aires, Córdoba, La Plata y Mar del Plata. Entre ellos, Martín Brogger, doctor en Biología e investigador del Conicet, destacó desde el Falkor la relevancia del trabajo: “Esta misión es clave para conocer y conservar la biodiversidad marina profunda de Argentina. La información que generamos servirá para describir nuevas especies, identificar hábitats vulnerables y fortalecer políticas de conservación a nivel nacional e internacional”.
Uno de los grandes hitos del viaje fue la observación en vivo de una Benthodytes de color violeta —bautizada “Batatita”—, una especie descripta por el investigador Mariano Martínez en 2014 a partir de ejemplares recolectados. “Es la primera vez que la vemos viva y en su entorno natural”, comentó emocionado desde la embarcación. La directora del Ibiomar, Soledad Leonardi, celebró el hecho como “un orgullo enorme para la ciencia argentina, no solo por lo que representa para la investigación, sino por la atención y el entusiasmo que está generando en la sociedad”.
La misión utiliza al ROV SuBastian, un vehículo operado remotamente que permite llegar hasta los 3900 metros de profundidad, capturar imágenes en alta definición y recolectar muestras sin alterar el ecosistema. “Por primera vez, estas exploraciones se transmiten en vivo por YouTube, permitiendo que cualquier persona pueda ver en tiempo real los ecosistemas de las profundidades del país”, explicó Brogger.
Los científicos ya identificaron comunidades marinas asociadas a corales y esponjas de aguas profundas que cumplen funciones clave como hábitats estructurales. También observaron decenas de especies poco conocidas y algunas que podrían ser nuevas para la ciencia.
Pero el asombro por la biodiversidad se mezcló con una advertencia: también hallaron residuos humanos a más de 1000 metros de profundidad. “Uno de los hallazgos más preocupantes fue la presencia de basura, como bolsas de plástico y restos de artes de pesca”, afirmó Brogger. “Esto confirma que el impacto humano alcanza incluso los ambientes más remotos y vulnerables del océano”.
El investigador advirtió que los residuos no solo contaminan, sino que también alteran hábitats frágiles. “Las especies de aguas profundas tienen tasas de crecimiento muy lentas. Cualquier perturbación puede tener efectos de largo plazo”, señaló. El hallazgo refuerza, según el equipo, la necesidad urgente de mejorar la gestión de residuos y de establecer áreas protegidas en los fondos marinos del Atlántico Sur.
La expedición continúa hasta principios de agosto. Desde el Falkor, los investigadores insisten en que el conocimiento generado no solo ampliará las fronteras de la ciencia, sino que también debe traducirse en políticas públicas para preservar uno de los entornos más inexplorados del planeta.