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Sorpresiva visita de Mirtha Legrand al Faro de la Memoria de Mar del Plata

La reconocida conductora de televisión estuvo la mañana de este miércoles en lo que fue uno de los centros clandestinos de detención durante la última dictadura cívico-militar, donde fue recibida por Ana Pecoraro, quien fue coordinadora del sitio de memoria hasta el 31 de diciembre. “Yo jamás apoyé la dictadura. Trabajé en esa época como toda la Argentina. Pero jamás ayudé”, aseguró la actriz en 2017.

Mientras el gobierno de Javier Milei avanza con su brutal ajuste que pone en riesgo la continuidad de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, la reconocida conductora de televisión Mirtha Legrand, sorprendió al hacer una visita al Faro de la Memoria, uno de los ex centros clandestinos de detención que tuvo Mar del Plata en la última dictadura cívico militar, que fue recuperado años atrás y que hoy está atravesado por el vaciamiento.

Como parte de su estadía en Mar del Plata este verano, además de asistir a distintas obras de teatro, la conductora sorprendió al visitar el Faro de la Memoria, donde fue recibida por Ana Pecoraro, una histórica trabajadora del lugar que fue despedida por el gobierno nacional el pasado mes de diciembre. En diálogo con Apuntes y Resumen, la ex coordinadora del sitio sostuvo que tuvieron una charla “breve y cordial” y que también aprovechó para “contarle la historia del predio, algo que Mirtha Legrand escuchó con atención”.

“La visita de Mirtha fue espontánea y sorpresiva”, dijo Pecoraro. “El Faro está en Punta Mogotes y hay mucha gente que no sabe que este lugar es un espacio de Memoria, Verdad y Justicia, y así llegó ella acá, sin saber quizás a dónde venía. Ella se quedó cerca del faro, me acerqué pude hablar con ella, le expliqué quien era yo, que me habían despedido, le conté la historia del faro, su establecimiento como lugar de memoria y en medio de mucha gente que empezó a acercarse me ofreció sacarnos una foto. Después de una breve charla se subió al auto y se retiró. No sé si vino exclusivamente a visitar el lugar de memoria, pero su interés quedó demostrado cuando hablamos”, contó la ex coordinadora del lugar.

La reconocida conductora es habitualmente señalada por su activa participación en medios durante la última dictadura cívico militar, mientras regían férreas limitaciones y censura del régimen como parte de un despliegue del terrorismo de Estado que además de perpetrar una represión clandestina buscó instalar un modelo económico e ideológico cuyas consecuencias aún perduran. En ese sentido, años atrás la propia Mirtha Legrand se refirió a esas acusaciones en su propio programa: “Yo jamás apoyé la dictadura. Trabajé en esa época como toda la Argentina. Pero jamás ayudé”, aseguró en 2017.

Sin embargo, la conductora reveló en 2010 que su sobrina, María Fernanda Martínez Suárez, junto a su marido Julio Enzo Panebianco habían sido secuestrados en el año 1977: “Mi sobrina cree que estuvo en Palermo. Gracias a que yo era conocida y famosa pude salvarla. Yo pedí ayuda en ese momento” aseguró Legrand, quien contó que hizo gestiones personales ante el entonces ministro del Interior Albano Harguindeguy y que pudo lograr la liberación de la sobrina únicamente. Sin embargo, Pané, militante de la Juventud Peronista, fue asesinado y enterrado como NN: “Nunca más supimos de él, nunca”, declaró Mirtha. Su sobrina declaró como testigo del juicio que culminó con la condena del general Carlos Olivera Rovere, estuvo en el centro clandestino Club Atlético.

La presencia de Mirtha Legrand en el Faro de la Memoria se dio en un contexto particular: el ajuste que lleva adelante el gobierno de Javier Milei que además de implementarse mediante el desfinanciamiento presupuestario de áreas dependientes de la administración pública nacional, tambiénse ejecuta mediante despidos como el que sufrió Ana Pecoraro en ese lugar y sobre las políticas de memoria y reparación histórica en torno a la última dictadura, sobre la cual sus funcionarios son abiertamente negacionistas.

En el caso del Faro de la Memoria, antes del inicio del gobierno de Milei contaba con cinco trabajadoras que sostenían el espacio con visitas guiadas, gestión del archivo documental y desarrollo de actividades vinculadas a la memoria y la necesidad de mantener vivo el recuerdo de todo lo rodeó al terrorismo de Estado.

Actualmente sólo quedaron dos trabajadoras ante los despidos a los que fueron empujadas tres de ellas el pasado 31 de diciembre, una situación que deja más que limitado el funcionamiento del único Espacio de Memoria de Mar del Plata, ciudad donde se tiene registro del funcionamiento de al menos 16 centros clandestinos de detención y lugares de reclusión ilegal.

“El faro es un emblema nacional y una de las primeras construcciones de Mar del Plata”, recordó Pecoraro. Y dijo que “en los 90, cuando vivimos otro momento negacionista en nuestro país, aquí hubo un parque de diversiones que por el trabajo que llevamos adelante distintas agrupaciones de derechos humanos fue cerrado y recién en 2014 logramos que se habilite como un sitio de memoria en el cual se realizan visitas pedagógicas con alumnos de todos los niveles de la educación, se hace investigación, trabajos de archivo y promoción de derechos entre otras actividades”.

Finalmente, Pecoraro contó que “a Mirtha la vi como una abuela, como si fuera mi abuela que vivió la segunda guerra mundial y que solía tener ciertos pensamientos fascistas pero a quien yo amaba. Todos tenemos que pensar en modificar el contexto que atravesamos y en ese sentido que la señora Legrand, que es una diva de la televisión, me escuche, se interese en este sitio de memoria y se saque una foto en el lugar es parte de esos cambios que tienden a fortalecer el diálogo, el debate y la discusión por sobre la violencia”.