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Trump vuelve aliado a las corporaciones tecnológicas, impulsoras de un nuevo orden internacional

El paradigma post Estado tiene un socio estratégico en los magnates de las corporaciones de la comunicación y los servicios basados en internet, con la figura relevante de Elon Musk. La investigadora de la UNR Anabella Busso analiza la irrupción de esa asociación que marcará la escena global

Una de las diferencias fundamentales de este segundo mandato del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, es la alianza con las corporaciones tecnológicas, basadas fundamentalmente en el uso de internet, que representan un nuevo proyecto de orden internacional. Es el dato sobresaliente que marca Anabella Busso, Magister en Ciencias Sociales con enfoque en la Ciencia Política, especialista en política exterior argentina y las relaciones bilaterales con Estados Unidos, además de ser una analista de las nuevas derechas globales.

Busso aclaró que no es que en el primer mandato de Trump no haya habido influencia de sectores económicos poderosos, en particular el de las finanzas y las principales transnacionales. Es que ahora irrumpen otros actores, con el dueño de X y Space X, Elon Musk, como referencia de todos ellos: las corporaciones tecnológicas basadas en internet y enfocadas en la comunicación, la información y los servicios.

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La relevancia, destacó la investigadora de la UNR y el Conicet, es que son las que impulsan un nuevo orden internacional post estatal. Eso es, que los Estados desregulen la mayoría de sus actividades y, así los emergentes tecnológicos tengan en sus manos el poder de definir las decisiones de los negocios y de la geopolítica. Y ello, con un plus que potencia su poder: su capacidad, mediante las redes sociales y plataformas, de condicionar la opinión pública.

Ya influyen no solo en lo que tienen que comer o consumir en general los ciudadanos, sino también sobre a quién deben votar.

Antes de la asunción de este lunes, ya se hablaba de Musk como una suerte de co-presidente, recordó Busso. Lo que es una incógnita, agregó, es cómo esas dos personalidades fuertes, la de Trump y la del dueño de X, pueden convivir en el mediano y largo plazo. Allí hay otro actor, que puede complicar: Steve Bannon, estratega jefe de la Casa Blanca en la primera administración Trump, luego despedido, y ex vicepresidente de la consultora Cambridge Analytica, envuelta en escándalos electorales en Estados Unidos y el Reino Unido, entre otros países.

 

Busso recalcó que el consorcio de las derechas extremas, que además de Trump incluye actores europeos y en Latinoamérica al auto definido anarco capitalista Javier Milei, comparten el paradigma de la desaparición o casi del Estado. Pero, agregó, en Trump el perfil es un poco contradictorio, por sus invocaciones y anuncios de medidas nacionalistas y proteccionistas. Así y todo, concedió Busso, logró sintonizar con los sectores tecnológicos de servicios y obtener un definitorio apoyo en la campaña y ahora en la flamante gestión.