Israel y Hamás confirmaron un acuerdo para un alto al fuego en Gaza que incluye la liberación de rehenes y el retiro de tropas israelíes. Ornela Fabani, doctora en Relaciones Internacionales de la UNR, analizó el impacto del documento en la región y las posibles dificultades para su implementación

Israel y Hamás firmaron un acuerdo de alto al fuego que se hará efectivo este domingo, marcando un hito tras 15 meses de conflicto devastador en la Franja de Gaza. La tregua, que incluye la liberación de rehenes israelíes y prisioneros palestinos, fue anunciada por el primer ministro catarí, Mohamed bin Abderrahmán, desde Doha, sede de las negociaciones.
El pacto también permitirá el ingreso de ayuda humanitaria al enclave palestino, una región al borde de la hambruna tras meses de violencia que dejaron más de 46.000 palestinos muertos, según estimaciones preliminares. En Israel, la noticia llegó acompañada de esperanzas, pero también de tensiones políticas.
En diálogo con La Marca de la Almohada, Ornela Fabani, doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario, destacó la trascendencia del acuerdo: “Este pacto abre la puerta a un nuevo capítulo en una disputa histórica. Su importancia radica en las consecuencias devastadoras que trajo aparejada esta guerra tanto para Gaza como para Israel”.
El acuerdo se implementará en fases. En un primer momento, Hamás liberará a los rehenes capturados durante el ataque del 7 de octubre, cuando 1.200 israelíes fueron asesinados. Según Fabani, “de los 250 rehenes tomados originalmente, aún quedan 100 cautivos, sin confirmación de su estado”. Por su parte, Israel liberará a prisioneros palestinos como parte del entendimiento.
El conflicto dejó profundas heridas en Gaza, donde dos tercios de los edificios quedaron reducidos a escombros. “La reconstrucción de la Franja será una etapa avanzada del acuerdo. Los gazatíes deben regresar a sus hogares, pero muchos ya no existen, lo que representa un desafío monumental”, explicó Fabani.
La situación política en Israel agrega un nivel de complejidad al acuerdo. El primer ministro Benjamín Netanyahu enfrenta presiones internas por parte de sectores ultraderechistas de su coalición, que amenazan con abandonarla si se concreta la tregua. “El impacto sobre la figura de Netanyahu es significativo, especialmente por las protestas de las familias que exigen la liberación de los rehenes”, analizó Fabani.
En Gaza, Hamás celebró el pacto como un triunfo contra la “agresión sionista”, pero los expertos advierten sobre los riesgos de un recrudecimiento del conflicto. “Es difícil prever que este tipo de enfrentamiento no vuelva a surgir. Todo dependerá de la voluntad de ambas partes para cumplir lo acordado”, afirmó la investigadora del CONICET.
Desde la comunidad internacional, líderes como Donald Trump y Joe Biden expresaron su respaldo al acuerdo, destacando su importancia para la estabilidad regional. Sin embargo, Fabani recordó que “este tipo de pactos requieren de un monitoreo constante, especialmente en contextos donde la confianza entre las partes es prácticamente nula”.
La segunda fase del acuerdo contempla el retiro de las tropas israelíes de puntos estratégicos como Rafah y el corredor de Filadelfia, en la frontera con Egipto. Según los analistas, esta medida busca facilitar el regreso de los desplazados y reducir las tensiones en el área.
“El conflicto arrojó consecuencias enormes para la estabilidad regional”, concluyó Fabani. En los próximos días, se conocerán los detalles finales del acuerdo, mientras se aguarda con expectativa su implementación efectiva este domingo.