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Un análisis ambientalista sobre la licitación de la Hidrovía Paraguay-Paraná

El gobierno nacional escindido de las cuestiones e impactos en el medioambiente abrió la propuestas a oferentes para la administración de uno de los cursos de agua más importante del país. Ambientalistas como Ariel Ocantos, Cecilia Reeves y la periodista Jorgelina Hiba dialogaron sobre esta decisión política que se convierte en una problemática social para debatir.

La Hidrovía Paraguay-Paraná es uno de los corredores fluviales más importantes del mundo por su incidencia económica para esta región del país pero no menos su importancia ambiental. Ariel Ocantos ,Licenciado en Relaciones Internacionales, profesor e investigador de la UNR e integrante del Taller Ecologista brindó un panorama detallado de lo que es el llamado a pliegos de licitción para concesionar el dragado y balizamiento del rio Paraná.

“Esta situación hay que mirarla en perspectiva histórica y es una problemática que viene desde los años noventa junto a reformas liberales y privatizaciones, también se llevó a cabo la infraestructura para dragado y balizamiento del rio Paraná del que se encargó siempre el Estado Nacional desde el Siglo XIX hasta la década del ‘90”.

Para el estudioso en la hidrovia “nos falta conocimiento y datos de estudios para entender esta vía navegable, al tiempo que falta rigurosidad metodológica”.

Ocantos explica que la hidrovía es en verdad “un servicio público” como otros pero concesionado y que requiere un órgano de control. Cuenta que “ya el decreto de 1995 establecía la creación un es espacio institucional de estas características pero nunca se constituyó para auditar la operatoria de las empresas”.

Entre las cuestiones polémicas de esta nueva licitación apunta a una concesión por 30 años con una posible prórroga de 30 años más. “Es mucho tiempo”, señala.

Entre otras cuestiones cuenta que la profundidad del canal de los actuales 36 pies llevarlo alrededor de 8 pies más a pesar de “todos los impactos que ya sufrió en estos años no solo el rio Paraná sino los ecosistemas que lo rodean”.

El docente de UNR  dijo que “no se sabe qué efecto tuvo este dragado y cuánto implicará dragar un pie más”. Se realizan estudios econométricos que dan como resultado que “cada vez hay que adaptar el rio a las exigencias del comercio internacional”, critica.

Cuál es el tipo de buque que va a ingresar en nuestro río

En el Paraná desde el delta hasta Timbúes, unos 450 km, “ingresan barcos interoceánicos que navegan por los mares del mundo que se meten a sistemas fluviales y eso casi no ocurren en ningún lugar del mundo”, advierte Ocantos.

“El tamaño de buque a nivel global fue cambiando y tiene que ver con la ampliación del Canal de Panamá, cuando se ensanchó comenzaron a hacerse buques más grandes por lo cual como respuesta aparecen estos nuevos dragados pero en realidad no hay que adaptar el rio a los buques sino los barcos a la cuenca del río”, afirma.

Desde el ambientalismo “planteamos a qué modelo productivo responde esta modificación de la hidrovia. La soja que se transporte por estas empresas transnacionales viene del Chaco, Salta o Santiago del Estero desmontado”, critica y propone “pensar otras formas o tipos de modelos económicos, economías mas locales que respondan a las necesidades populares que puede responder la navegación en el río” como “una vía de comercio interno de estas otras economías”.

Por su parte la bióloga Cecilia Reeves hace hincapié en “el modo de adaptar el río”.

“Los organismos tienen una íntima relación con su ambiente y todo se modifica. El ambiente aporta condicionantes y nosotros los humanos somos los únicos que los modificamos de una manera drástica que no puede revertirse a lo que era”, planteó.

“Hay mucha investigación pero falta mucho, el sistema científico va atrás de estos procesos acelerados de destrucción”, afirma y dice que “falta conocer mucho sobre cómo funcionan nuestros ecosistemas”.

La bióloga cuenta los impactos de los trabajos de dragado y balizamiento de la hidrovía:

-Erosión del ecosistema de barrancas: “Esta situación es muy particular y en continuo proceso de formación, muy dinámico actualmente y el aumento de barcos de gran porte y dragado acelerará este proceso”.

-Modificaciones de las comunidades de peces: en este sentido Reeves se pregunta “qué espacios le quedan para reproducirse”.

-Contaminación del agua que consumimos: “Esto se da por derrames de combustibles ya sea por accidentes o efluentes que producen las embarcaciones”.

-Descargue de lastre de las embarcaciones: “Acá los buques no cumplen con la ley y se produce un fenómeno como la llegada de especies exóticas que trae aparejado la modificación del ecosistema local con estas especies invasoras”. En este sentido afirma que como consecuencia “tenemos un disturbio muy importante sobre las relaciones tróficas de la cadena alimentaria del ecosistema y una simplificación del mismo. Las especies locales se vuelven menos resilientes y disminuye la capacidad de recuperarse, se vuelven mucho más vulnerables”.