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Proponen prohibir en Rosario la baja de edad para adquirir armas tras la flexibilización impulsada por Nación

El concejal Leonardo Caruana presentó un proyecto de ordenanza en rechazo a la modificación de la Ley N° 20.429, que permite a mayores de 18 años adquirir armas. Argumentó que la medida nacional fomenta la violencia y expone a la sociedad a mayores riesgos, como ocurrió en Brasil

 

El reciente anuncio del gobierno nacional de modificar la Ley Nacional de Armas y Explosivos N° 20.429, que reduce la edad mínima para la adquisición y tenencia de armas de 21 a 18 años, generó preocupación en Rosario. En respuesta a esta decisión, el concejal Leonardo Caruana presentó un proyecto de ordenanza para prohibir dicha flexibilización en la ciudad, advirtiendo sobre los riesgos que la proliferación de armas trae para la seguridad pública y la convivencia ciudadana.

Caruana argumentó que la medida impulsada por el Ejecutivo nacional promueve una falsa idea de libertad: “Se aduce una libertad que resulta engañosa por diversas razones. Una vez que el número de armas en la sociedad crece, los riesgos que se derivan son para todos. Aún quienes ejercen su libertad de no tener armas sufren las consecuencias violentas de que más personas estén armadas”.

El concejal también destacó cómo este tipo de políticas tiene efectos nocivos que impactan en todos los ámbitos de la vida social: “La experiencia demuestra que estas consecuencias se reflejan en las calles, en las escuelas y en los hogares. No se trata únicamente de quienes deciden tener armas, sino de un incremento generalizado de la violencia”.

Como ejemplo, Caruana citó el caso de Brasil, donde la flexibilización en el acceso a armas durante los últimos años tuvo un impacto devastador. “A partir de la flexibilización de las condiciones de acceso, el resultado fue un crecimiento exponencial de la cantidad de armas en manos de la población. Esto se logró a través de redes de tráfico que reclutan a personas, en su mayoría de bajos recursos, gestionan las licencias legales, asumen los gastos del trámite y de la compra del armamento, y luego denuncian falsos robos de las armas para desviarlas al mercado negro”, sostuvo.

Además, advirtió sobre los riesgos específicos que trae la tenencia de armas en hogares donde viven adolescentes: “Los jóvenes que tienen fácil acceso a armas de fuego presentan tasas de suicidio más altas que aquellos que no viven en hogares armados. A esto se suman los disparos accidentales y un aumento en los episodios de violencia escolar y comunitaria, incrementando así las tragedias vinculadas al acceso doméstico de armas”.

La iniciativa impulsada por el edil rosarino busca generar una respuesta local frente a una medida nacional que, según distintos especialistas en seguridad y derechos humanos, puede profundizar los niveles de violencia en la sociedad.

La clave de época es el acceso a la felicidad en el consumo irracional de las cosas.

La semana pasada, el gobierno nacional oficializó la modificación del artículo 55 de la Ley N° 20.429, estableciendo que cualquier persona mayor de 18 años puede adquirir, portar y usar armas de uso civil. Anteriormente, la norma fijaba los 21 años como edad mínima para realizar este tipo de trámite.

La medida, publicada en el Boletín Oficial, generó críticas por parte de organizaciones sociales, sectores políticos y referentes en seguridad, quienes señalaron que la proliferación de armas entre jóvenes adultos podría traer consecuencias irreversibles en términos de seguridad pública.

Desde el gobierno central, sin embargo, defendieron la decisión como un avance en la libertad individual. No obstante, voces como las de Caruana cuestionaron esta interpretación y plantearon que la verdadera consecuencia será una escalada en los niveles de violencia.

En Rosario, ciudad que sufre desde hace años altos niveles de violencia armada, la propuesta de Caruana busca establecer un freno preventivo para evitar la llegada masiva de armas en manos de jóvenes. El edil insistió en que este tipo de políticas deben analizarse en función de su impacto social, más allá de las libertades individuales que se esgrimen como argumento: “Las consecuencias ya las conocemos. Aumentar la cantidad de armas en circulación no trae mayor seguridad, solo nos expone a todos a más violencia”.

Si cada familia tiene un arma que pasará con las peleas y los problemas intrafamiliares.

El proyecto de ordenanza presentado por Caruana será debatido en el Concejo Municipal, donde se espera que distintas fuerzas políticas analicen su viabilidad. Mientras tanto, el edil pidió reforzar el diálogo con las organizaciones de la sociedad civil y con expertos en seguridad para visibilizar los efectos de esta decisión a nivel local.

Caruana también remarcó la necesidad de trabajar en políticas públicas que promuevan una cultura de paz y prevención: “Debemos seguir apostando a estrategias que desalienten el uso de armas y fortalezcan la convivencia en los barrios. Rosario ya tiene un problema gravísimo con la violencia armada como para agregarle nuevos factores de riesgo”.

Que sea un elemento para debatir con distintas instituciones de la sociedad civil, no es solo una ordenanza para que este en el corto plazo sino que lo que legislamos tendrá un impacto en la vida más adelante.