Corresponde a un trabajo del Laboratorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA). Según el mismo, en el país hay un 49.9% de pobres y un 12% de indigentes. Los niveles inflacionarios y el freno en el alza de precios serían el motivo del descenso.
Julieta Vera, investigadora del Laboratorio de la Deuda Social que depende de la Universidad Católica Argentina, dio a conocer un informe en el cual se da cuenta que “la pobreza en el tercer trimestre del presente año ascendió en la Argentina al 49.9%, un poco más bajo que en el primer semestre pero que sigue marcando un nivel histórico”. Vale recordar que en el segundo trimestre estudios de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) sostenía que había un 55% de pobres y un 22% de indigentes.
El mencionado informe, que el Laboratorio publica todos los comprende las condiciones de vida de los hogares, la capacidad de adquirir bienes que tienen los ciudadanos y los servicios básicos a los que puede acceder además de los recursos monetarios de cada hogar, el hábitat, el mercado de trabajo y la inclusión social de la población. “Hace 20 años que venimos llevando adelante este trabajo y eso nos permite realizar un análisis comparativo y ver cómo fue empeorando la situación a través del tiempo en lo que hace a las cuestiones estructurales de la Argentina”, dijo Vera. Y agregó que desde el Laboratorio “hacemos un recorte en los niveles de pobreza e indigencia a partir de los datos oficiales que difunden los organismos del gobierno nacional”.
“En el último trimestre de 2023 y el primer trimestre de este año el incremento de la pobreza y la indigencia fue altísimo y eso tuvo que ver con los índices de inflación, que llegó al 18% en algunos meses. Después hubo una leve baja en el segundo trimestre de 2024 y ahora, con nuestras simulaciones y proyecciones suponemos que hay una tendencia a seguir bajando en el tercer trimestre, lo que podría mantenerse en el último período del año”.
La investigadora manifestó que “hoy estamos hablando de un 49.9% de la población bajo el índice de pobreza, lo que representa unos 23 millones de habitantes; y la indigencia o pobreza extrema que son los hogares que no alcanzan ni la canasta básica alimentaria está en un 12% que representa una población de 5.5 millones de personas”.
¿Qué pasaría con la pobreza o la indigencia sin la ayuda de planes sociales?, preguntaron los periodistas de La Marca de la Almohada. “En ese caso la indigencia subiría al 23% y en la pobreza tendría una menor incidencia aunque subiría al 55%, siempre teniendo en cuenta que de fondo hay un problema estructural”.
Al buscar una respuesta a la baja que marca el estudio, Vera manifestó que “tiene que ver con la baja de los índices inflacionarios en los últimos períodos y que los incrementos de precios que hubo en las canastas básicas fueron menores, lo que repercute directamente en los números que damos a conocer. Por eso hablamos de una tendencia a la baja pero sin dejar de tener en cuenta que hay más del 45% de la población en condiciones de pobreza y ver cuál es el piso que encuentra ya que en las últimas dos décadas la pobreza nunca cayó del 25%”.