La madrugada de este martes comenzó oficialmente la jornada electoral en Estados Unidos, con el pequeño poblado de Dixville Notch, en New Hampshire, siendo el primero en abrir sus urnas. Los candidatos presidenciales, el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris, se disputan el apoyo de los estadounidenses en medio de una campaña marcada por la polarización y la preocupación por posibles brotes de violencia
Las elecciones de 2024 en Estados Unidos, una de las contiendas más polarizadas de la historia reciente, comenzaron con la apertura de urnas en todo el país. En el tradicional poblado de Dixville Notch, New Hampshire, los votantes fueron los primeros en participar, dando así inicio oficial a la jornada electoral. La competencia por la Casa Blanca enfrenta a Kamala Harris, representante del Partido Demócrata, y a Donald Trump, del Partido Republicano, en una campaña que ha dejado ver fuertes divisiones en temas económicos, sociales y políticos.
El sistema electoral estadounidense, al ser indirecto, hace que el Colegio Electoral tenga un papel crucial en la decisión final. Este organismo, compuesto por electores asignados según la población de cada estado, es el encargado de determinar el vencedor, lo que hace que el enfoque de los candidatos se centre en los llamados estados “péndulo”, donde la elección puede ir hacia cualquiera de los partidos. Entre estos, Pensilvania, Michigan, Arizona, Georgia, Nevada, Wisconsin y Carolina del Norte concentran gran parte de los esfuerzos de campaña, ya que representan el mayor número de electores disputados.
A pesar de las intensas campañas, un clima de tensión marca esta jornada electoral. Autoridades de distintos estados adoptaron medidas de seguridad reforzadas para evitar posibles brotes de violencia, anticipándose a un escenario de resultados ajustados que podría generar incertidumbre. Durante el día, se espera que la mayoría de los colegios electorales permanezcan abiertos hasta la noche, permitiendo que millones de ciudadanos emitan su voto.
El voto anticipado ha sido una característica destacada de esta elección. Según el Laboratorio Electoral de la Universidad de Florida, más de 82 millones de estadounidenses ya habían votado hasta el lunes por la noche, aprovechando las modalidades de voto por correo y voto en persona anticipado. Este número récord de sufragios previos refleja la alta participación y el interés en un proceso electoral que muchos consideran crucial para el futuro del país.
La disputa entre Harris y Trump ha sido acompañada de una retórica dura por ambas partes, con mensajes de advertencia sobre el impacto que tendría la victoria del oponente. Ambos candidatos señalaron en múltiples ocasiones que los resultados de esta elección podrían definir el rumbo del país en temas como economía, inmigración y derechos individuales, lo que ha aumentado la preocupación y las divisiones en el electorado. La Asociación Estadounidense de Psicología reveló en una encuesta que el 77% de los adultos considera el futuro de la nación una fuente importante de estrés.
Otro dato preocupante es el miedo a la violencia electoral, ya que el 74% de los encuestados manifestó su temor de que los resultados pudieran desencadenar enfrentamientos. Las divisiones en torno a temas como el aborto y la inmigración han hecho que estos comicios sean vistos como un punto crítico en la historia de Estados Unidos. En este contexto, voces de distintos sectores han llamado a la calma y al respeto de los resultados, cualquiera que sea el desenlace.
El resultado de estos comicios será seguido de cerca tanto en Estados Unidos como en el mundo. Para muchos, el resultado definirá la postura del país en el escenario internacional, además de trazar un rumbo para los temas de relevancia doméstica que han marcado la agenda electoral. La jornada electoral avanza con un alto índice de participación, y el país espera los primeros resultados, mientras se mantiene la incertidumbre sobre el impacto de estos en la estabilidad política y social de la nación.