Hugo “Tete’ Arpayu heredó una tarea que, reconoce, está en extinción: la talabartería y en “Notas de Papel” cuenta detalles de este oficio que lo enamoró.
Su padre le dijo que tenía “mano” para ser talabartero, comenzó “casi sin querer” y ya no se detuvo con productos que llegaron a manos de Messi y hasta el Vaticano.
Teté Arpuyo trabajó con empresas y en producciones a gran escala, pero la crisis de fines de los 90’ y de comienzos de los 2000, así como luego la pandemia, terminaron por marcarle que el camino era otro: relacionarse con el cuero de forma directa y personal, con piezas de diseño exclusivo.
Algunas llegaron al Vaticano y otras a manos de Lionel Messi.
En esta Nota de Papel, nos metemos en el taller para conocer los detalles de un oficio centenario y cautivante: la talabartería de autor.