Eugenio Semino, defensor de la tercera edad de la Ciudad de Buenos Aires, detalló los pormenores de un derrotero que desemboca hoy en lo que calificó como una “crisis humanitaria” para los adultos mayores
En conversación con el programa Apuntes y Resumen, Semino repasó el calvario: desde diciembre de 2017, señaló, los haberes se fueron licuando en cada uno de los diversos procesos políticos.
En ese primer hito, señaló, quedaron en el camino 6 puntos por el empalme de los regímenes. Entre 2018 y 2019, siguió, se perdieron 19.5% respecto de la inflación. A partir de entonces se cayó la ley de movilidad vigente y desde marzo de 2020 los reajustes fueron por DNU, por lo cual se aplicaron índices decrecientes según el monto, por un supuesto principio de solidaridad. En función de ese mecanismo, continuó con el repaso, se reajustaron las jubilaciones mínimas el 11.56% y en menor medida las escalas ascendentes, hasta llegar al mínimo 3% para las mayores.
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Con ese sistema, dijo, se acható la pirámide. Al cabo de ese período, afirmó, la retracción promedio fue de entre el 10% y el 15%.
En el 2020, continuó, se sancionó una nueva ley de movilidad que no contemplaba una cláusula de garantía por inflación. Así, en 2021 los haberes salieron casi empatados, apenas un punto arriba del aumento de precios. Pero a partir de mediados del 2022, y hasta diciembre del 2023, la pérdida fue mayor.
Con la instalación del bono adicional, se volvió a una política de reajustes discrecional y, para colmo, a través de pagos no remunerativos. Hay una presentación de la Defensoría, que llegó a la Corte Suprema, para que se incluya en el haber. Semino recalcó que el Estado no puede pagar sumas en negro y sin una ley que ate los montos a porcentajes en función de ciertos parámetros.
El especialista agregó que en 2023, los jubilados que cobraban bonos, un universo que excede los 5 millones de personas, reajustaron el 140%, mientras que los que no reciben bono, el 110%. Lo anterior, contextualizó, contra una inflación en el período del 211%.
Con la nueva gestión del presidente Javier Milei, siguió Semino, el 12 de diciembre pasado hubo un cimbronazo con la decisión de una devaluación del 118%. Todos los asalariados, y el eslabón más débil de los jubilados, vieron licuados hasta la mitad sus ingresos. A eso le siguieron meses de subas de precios del 25, 20 y 13%.
Semino recordó que 35 puntos del famoso superávit o equilibrio fiscal del que alardea la gestión libertaria es a costa del recorte de ingresos a jubilados y pensionados, que ya no pueden acceder ni a los medicamentos ni a una vivienda. Es una “crisis humanitaria” para el sector, resumió el dramático cuadro.