La Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general la Ley de Bases y Puntos de Partida en su nueva versión, con un respaldo mayoritario de 142 votos a favor, 106 en contra y cinco abstenciones. Esta votación marca un paso significativo en el camino legislativo del proyecto, aunque ahora se abre un extenso debate sobre artículos particulares
La Cámara de Diputados de la Nación aprobó en general la Ley de Bases y Puntos de Partida en su nueva versión, con un respaldo mayoritario de 142 votos a favor, 106 en contra y cinco abstenciones. Esta votación marca un paso significativo en el camino legislativo del proyecto, aunque ahora se abre un extenso debate sobre artículos particulares.
El proyecto, considerado vital por el presidente Javier Milei como condición para la firma del Pacto de Mayo, enfrenta ahora una larga discusión en particular. Este proceso adquiere una importancia especial dada la experiencia previa, cuando el proyecto original no logró pasar esta etapa.
El apoyo mayoritario provino de los bloques dialoguistas, incluyendo al PRO, la mayoría de la UCR, el interbloque Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. Por otro lado, votaron en contra los integrantes de Unión por la Patria, la izquierda del FIT, así como algunos miembros de otras bancadas. Hubo también abstenciones por parte de radicales disidentes y de la Coalición Cívica.
Melina Giorgi, diputada nacional por Santa Fe e integrante de la UCR, expresó su postura sobre la aprobación en general de la nueva ley en diálogo con La Marca de la Almohada. Destacó un cambio de actitud por parte del gobierno nacional, que incorporó muchos puntos planteados por la oposición. Giorgi mencionó algunas disidencias dentro de su bloque, particularmente en temas relacionados con la reforma laboral y el régimen de grandes inversiones.
Consultada sobre el capítulo de privatizaciones, Giorgi señaló que la mayoría del bloque acompañaría las privatizaciones propuestas en la ley, aunque en menor medida que en versiones anteriores.
En última instancia, Giorgi reconoció no tener una confianza absoluta en el programa del presidente, pero consideró esta ley como una oportunidad para cambiar el rumbo del país, dándole al gobierno la posibilidad de avanzar, respaldado por el voto popular.