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Es indispensable que el 23 haya una movilización contundente por la universidad pública

La presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) describió la situación de las casas de estudio superiores como heterogénea pero con el denominador común de una gravedad económica inédita por los recortes del Gobierno nacional. Señaló que debe haber una presión social transversal, no sólo de los actores universitarios sino de toda la comunidad

 

Piera Fernández es cordobesa, estudia Ciencia Política en la Universidad Nacional de Río Cuarto y en 2022 resultó electa como presidenta de la FUA. En diálogo con el programa Apuntes y Resumen describió la situación que atraviesan estudiantes, docentes y no docentes como consecuencia del ahogo financiero y salarial que integra el paquete de políticas públicas de la gestión que encabeza el presidente Javier Milei.

Por eso, todos los actores de la educación superior acordaron para el 23 de abril una jornada masiva de carácter federal con una concentración frente al Congreso Nacional y marcha a la Plaza de Mayo en la ciudad de Buenos Aires. Será el acto central de una serie de actos en toda la argentina que expondrá el desfinanciamiento de la educación pública en todos sus niveles y la necesidad de revertirlo. De su carácter amplio da cuenta la adhesión, entre otros colectivos, por parte de la CGT.

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La nota fue en momentos en que terminaba de realizarse un abrazo simbólico a la Facultad de Medicina de la UBA en el marco de una serie de acciones que llevan adelante estudiantes, docentes y no docentes de las universidades públicas de todo el país en reclamo de la actualización del presupuesto para las instituciones, porque el que está vigente es el “reconducido” de 2023, que además fue elaborado en octubre de 2022. La inflación desde entonces, lo licuó de tal manera que a mediados de año el funcionamiento estará más que comprometido.

La presidente de FUA recordó que las universidades se manejan con un presupuesto para gastos de funcionamiento congelado y con los salarios de docentes y no docentes que mes a mes pierden poder adquisitivo por la inflación. Lo último, consencuencia de una política del Gobierno nacional enfocada en amesetar las negociaciones paritarias.

Ante ese cuadro, Piera consideró que es indispensable que las movilizaciones del próximo 23 de abril sean contundentes, que participen todos los claustros, pero también las familias y otros actores sociales en el convencimiento de que no hay futuro posible para el país sin universidad pública. Que sea tan potente, insistió, como para que el Gobierno tenga que dar marcha atrás con el desprecio a la educación. Porque las negociaciones y conversaciones que se sucedieron hasta ahora, explicó, no surtieron efecto, y entonces es necesaria la presión social.

Sobre el escenario que dibujan las actuales políticas públicas, señaló que la realidad de las diferentes universidades es heterogénea en función de las capacidades y funciones de cada una en sus territorios, pero el denominador común es la gravedad económica inédita

Piera rescató el importante papel de la Federación Universitaria de Rosario en esta resistencia al ajuste, entre otras cosas con el relevamiento que hizo de la situación económica de los estudiantes ante el aumento de los alquileres, las tarifas, del transporte, los apuntes, un trabajo del que derivaron propuestas concretas como una de la UNR a la Legislatura de Santa Fe.

Es entendible que muchos hayan decisidido votar a Javier Milei en un contexto de frustración, concedió la dirigente estudiantil. Aseguró que los que entienden la política como una herramienta de transformación deben hacer un esfuerzo para revisar lo que hay que transformar. Y que es difícil pensar que haya actores dentro de las universidades públicas que estén en sintonía con la idea de cerrarlas o eliminar su gratuidad y acceso irrestricto. Es un pensamiento extendido, confió, que se nota en la previa de la movilización del 23.