El economista Guido Bambini, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), avizoró un futuro negro para el país en tanto el gobierno nacional mantenga su plan de dolarización y aplicar la “motosierra” para acumular moneda estadounidense sacando pesos del mercado. Cómo impactará la cosecha gruesa y que pasará en las calles en los próximos meses, temas que no escaparon al análisis.
“Avizoro un panorama muy oscuro en el corto plazo, con la gente manifestándose en las calles por la extraordinaria pérdida del poder adquisitivo y un año en el cual la inflación será cercana al 300%, muy por encima del 250% que tuvimos el año anterior”. La drástica afirmación la hizo el economista Guido Bambini, del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), tras conocerse el dato que el INDEC brindó sobre el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de enero que fue del 20,6%, un poco más bajo que el 25,5% del mes anterior pero para nada alentador de cara al futuro.
“Es un número muy alto ese 20,6% y yo no diría que marca una desaceleración de la inflación porque aún hay precios relativos de la economía que no han subido, como las tarifas de electricidad y gas, un tramo de aumento del transporte público y en marzo, por estacionalidad y el inicio de las clases, vamos a ver fuertes aumentos que impactarán en la inflación”, aseguró Bambini. En ese marco, el especialista dijo que “en febrero es posible que tengamos un índice similar al de enero pero el relevamiento de expectativas del mercado que espera para este mes aproximadamente un 20 % volverá a subir en marzo y la perspectiva para este año es una inflación cercana al 300%”.
En el marco del análisis, el economista dijo que “es muy probable que al inicio del segundo cuatrimestre del año, entre abril y mayo, cuando llegue la cosecha gruesa, los sectores del campo pretendan una devaluación del tipo de cambio oficial para poder exportar con un tipo de cambio más competitivo y eso genere un nuevo pico inflacionario, lo mismo que ocurrió durante el gobierno de Mauricio Macri y lo que hizo Luis Caputo con la devaluación del 12 de diciembre pasado”.
Al repecto, Bambini expresó que “la llegada de esos dólares del campo por la cosecha gruesa no necesariamente abrirá la puerta a la tan pretendida dolarización. Son cosas distintas, el gobierno va a tener una cosecha muy importante, los 20 mil millones de dólares que no tuvo en 2023 por la sequía lo va a tener ahora, y hasta se proyecta una cosecha aun mejor después de las últimas lluvias. Eso le va a dar al gobierno un colchón de dólares pero para dolarizar necesita seguir acumulando moneda estadounidense y en lo que val deño el BCRA ya compró 7 mil millones de dólares, pero las reservas siguen siendo negativas y para poder dolarizar deben conseguir muchos más dólares y licuar mediante la inflación los ahorros e ingresos de la población además de sacar de la economía la mayor cantidad de pesos posibles”.
“Igualmente, la discusión de la dolarización es mucho más amplia y compleja”, explicó Bambini. “Yo no tengo claro que el FMI y los EE.UU. con Joe Biden a la cabeza acompañen o quieran que Argentina se dolarice. Lo mismo en términos jurídicos. Hay abogados constitucionalistas que dicen que va contra la propia Constitución Nacional y por lo tanto es imposible. Y también hay que ver si el gobierno tiene plafón político para hacerlo en un momento en el cual varios referentes, incluso del radicalismo aliado a ellos, se han manifestado en contra. Creo que solo Milei y Caputo creen en este proyecto ante una posición generalizada de los economistas de este país”.
El economista también reconoció que “el propio presidente Javier Milei sostuvo en su momento que iba a haber una estanflación de entre 18 y 24 meses planteando un panorama muy complicado para quienes viven día a día de sus ingresos y no tienen posibilidad de resguardarse de estos aumentos modificando precios”. Y en ese sentido recordó que “la remuneración promedio de los trabajadores estables y registrados tuvo en diciembre la peor caída histórica de su poder adquisitivo, que fue de un 13.7% en solo un mes. Imagínense lo que pasa con los trabajadores informales”.
En otro punto de la charla con La Marca de la Almohada, Bambini sostuvo que “el viernes pasado el Indec dio a conocer el indicador que contempla los ingresos de los trabajadores registrados en general y también cayeron respecto de diciembre un 15%, una caída brutal que para comparar nos remonta a abril de 2002, en el post estallido de la salida de la convertibilidad cuando hubo una caída del 9,4% comparado con este 13,7% que afecta a aquellos que sólo tienen como arma de defensa las negociaciones paritarias y que están, en su gran mayoría, cerrando por debajo de la inflación”.
Respecto al proyecto dolarizador del gobierno de Milei, el economista del CEPA dijo que “para intentar la dolarización el gobierno necesita la licuación de los salarios y la famosa motosierra de la que habló el presidente en su campaña, algo que sería muy nocivo para la estructura productiva argentina porque si la atan a la de Estados Unidos se pierde la capacidad de generar políticas anticíclicas y quedas atado a cualquier shock externo”. A modo de ejemplo, Bambini recordó que “la convertibilidad estalló porque Brasil, a fines de los 90, devaluó su moneda y entonces un montón de industrias se mudó a ese país al volverse más barato en términos relativos. Ese cierre de industrias y la destrucción del entramado productivo generó en nuestro país un 20 por ciento de desocupación”.
“La dolarización es muy difícil de revertir y nociva porque congela la distribución regresiva del ingreso, que es lo que están llevando adelante durante estos meses desde el gobierno después de licuar ingresos, salarios, quitar pesos y acumular dólares generando un congelamiento de una sociedad muy desigual”, agregó Bambini.
Finalmente, el economista manifestó que “en este proyecto el gobierno está tanteando hasta donde el FMI y otros organismos de crédito le dan la mano y hasta cuando aguanta la calle con una pérdida de poder adquisitivo tan grande, algo que se suma a la pelea con los gobernadores, con los docentes y otros sectores de la sociedad. Por ello avizoro un panorama muy conflictivo en los próximos meses en un país que tiene una organización social y sindical muy importante”.