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Asumió Javier Milei como presidente argentino y prometió ajuste y recesión

En su discurso inaugural como presidente, pronunciado desde las escalinatas del Congreso, Javier Milei abordó temas como el Producto Interno Bruto (PBI), las reducciones salariales y la reestructuración del Estado, empleando un enfoque característico del pensamiento ultraliberal: un enfoque de shock sin concesiones al gradualismo

El pasado domingo 10 de diciembre se marcó un nuevo hito en la historia argentina con la asunción del presidente Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel. La ceremonia se llevó cabo en el Congreso de la Nación, que fue testigo de un traspaso de mando que simboliza el inicio de una nueva era para el país.

El presidente saliente, Alberto Fernández, entregó la banda y el bastón presidencial a Milei ante la Asamblea Legislativa. Posteriormente, Milei pronunció su primer discurso desde las escalinatas del Congreso, destacando la necesidad de enterrar décadas de fracasos y disputas que han sumido a Argentina en la ruina.

Las frases clave del discurso presidencial de Milei resaltaron la urgencia de cambios profundos, abordando temas como la herencia recibida, la situación económica crítica, y la necesidad de implementar medidas contundentes. El presidente hizo hincapié en la inevitabilidad del ajuste y el shock para superar los desafíos actuales, y prometió que estos serían “el último mal trago antes de la reconstrucción del país”.

En el marco de este contexto, la comunicadora Irene Gindin ofreció sus análisis en una entrevista exclusiva para La Marca de la Almohada. Gindin destacó la singularidad del discurso de Milei, describiéndolo como un fenómeno que interpela y incomoda, desafiando las categorías establecidas. Para Gindin, intentar un análisis detallado podría ser incluso peligroso en este momento de reacomodo de ideas y valores.

Gindin señaló que el discurso de Milei es representativo de la época, marcado por amenazas y mano dura, sin espacio para la empatía. La comunicadora cuestiona dónde se forma la comunidad en este escenario, resaltando la ausencia de justificaciones en el discurso presidencial.