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“Monitoreamos el impacto de una década de reconocimiento de derechos a la diversidad sexual en las condiciones de vida”

El investigador del Conicet Hugo Rabbia contó que el primer relevamiento nacional entre la población LGBTIQ+ del país arrojó mayor nivel educativo, pero peores condiciones de vida y desempleo elevado, sobre todo en la población trans

El primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en la Argentina relevó mayor nivel educativo, pero peores condiciones de vida y desempleo elevado entre la población LGBTIQ+ del país. Unas 15 mil personas respondieron el muestreo en el que participaron 50 profesionales de diferentes disciplinas de las ciencias sociales y humanidades de universidades públicas.

Hugo Rabbia, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Psicológicas y uno de los organizadores del censo, habló con La Marca de la Almohada sobre el primer estudio de este tipo que ofrece información estadística sobre la situación laboral, educativa, de salud, vivienda, convivencia y discriminación de las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, no binaries y otras identidades en Argentina.

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Entre los objetivos, explicó que “no nos nos interesa el número por el número, sino por un lado monitorear el impacto que ha tenido un poco más de una década de reconocimiento de derechos a la diversidad sexual de género en nuestras condiciones de vida”. Por otro lado, dijo que buscaron “evidenciar cuáles son los problemas y las situaciones que necesitan intervención de parte del Estado y de la sociedad civil, porque evidentemente hay muchos problemas todavía que se tienen que resolver”.

Al mismo tiempo, también se plantearon “empoderar a los activismos para que puedan utilizar esta información que va a estar disponible, de forma gratuita, las bases de datos en los próximos meses para que también puedan ir construyendo sus agendas políticas sobre diversos temas”.

Respecto de los resultados preliminares, comentó que “entre las personas que participan del estudio hay un nivel educativo en términos globales bastante altos si lo comparamos con la población en general. Eso puede tener que ver en parte con el dispositivo, pero también tiene que ver con algunas particularidades sobre todo de las personas gays y lesbianas que tienden a tener más nivel educativo que la media poblacional”.

En ese sentido, advirtió “que ha habido un esfuerzo del sistema educativo por contener e incluir a las diversidades sexuales y de género”, y eso “se ve por ejemplo con las personas no binarias y trans, que si bien tienen menor nivel educativo que el resto de los participantes, en las generaciones más jóvenes se sostienen en las instituciones”.

No obstante, esto no significa que tengan mejores condiciones de acceso al trabajo, en particular las personas travesti, trans y no binaries. “A alto nivel educativo, eso no necesariamente se refleja en una ocupación de calidad. Hay mucha precarización laboral, y hay una tasa de desocupación que es el doble en las personas trans y no binarias respecto a la población general. Para Rabbia, eso está señalando “que si bien hubo esfuerzo en el espacio y en los ámbitos educativos, todavía no se reflejan los mismos esfuerzos por incluir y por contener la diversidad en los espacios laborales”.