Cuatro acusados, incluyendo al jefe narco Rodríguez Granthon, enfrentan juicio por el homicidio del pastor y padre de una víctima del triple crimen de Villa Moreno. El inicio se dará este martes en el Centro de Justicia Penal de Rosario
Este martes comienza un juicio clave relacionado con el asesinato en 2020 del ex concejal y pastor Eduardo Trasante, quien también fue padre de una de las víctimas del triple crimen ocurrido el 1 de enero de 2012. Cuatro personas, entre ellas el jefe narco peruano Rodríguez Granthon, actualmente cumpliendo dos condenas en una cárcel federal, serán juzgadas como partícipes necesarios de este crimen.
Aunque aún no se han identificado a los autores materiales ni intelectuales del asesinato, los acusados enfrentan cargos por su presunta participación en la obtención del vehículo robado utilizado en el homicidio. La primera audiencia del juicio oral está programada para mañana en el Centro de Justicia Penal de Rosario.
En una entrevista con La Marca de la Almohada, Durruty destacó la importancia de este juicio y comentó: “En este juicio que logramos, por más que no es el que queríamos, los cuatro imputados han realizado acciones y aportes indispensables para la realización del homicidio de Eduardo de la forma que se hizo”.
Durruty expresó su confianza en el proceso: “Es un hito importante que la justicia llegue a condenar a parte de la empresa criminal que mató a Trasante, hay evidencia más que probada y fue aceptada, por lo cual estamos convencidos de que llegaremos a la condena. Llegamos en las mejores condiciones”.
La abogada identificó a Rodríguez Granthon como un elemento central en la trama: “De los cuatro imputados que abarca el sector nodal del sistema criminal recorrido, tenemos a Rodríguez Granthon, que cumplía condena en ese momento en Piñero y que desde allí comienza a poner al servicio de este crimen su propia organización.”
Durruty señaló la naturaleza desconcertante del crimen: “No sabemos el motivo del crimen y no sé si lo vamos a saber. Siempre sostuvimos que se trataba de un ‘homicidio mensaje’, porque no se encontraron grietas en la seguridad de Eduardo y descartadas un sinfín de posibilidades, se determinó eliminar a un símbolo de la lucha contra la violencia.”
La abogada concluyó calificando el crimen como “un mensaje mafioso para toda la ciudad de Rosario”.