La politóloga y columnista de La Marca de la Almohada hizo su análisis sobre los resultados de las elecciones presidenciales y auguró un futuro muy difícil

Hoy estoy mal, sin eufemismos. Hoy es el día de la Soberanía Nacional y la estamos entregando. Y no es la primera vez, ya lo hemos vivido. Ya hemos pasado situaciones diferentes y lo que tienen de diferente cada una de estas ocasiones fue que cada vez quedamos un escalón más abajo. Nunca podemos llegar a la cumbre, a lo más alto. Y lo de este fin de semana creo que es el golpe de gracia que cierra el círculo que empezó con la política de los 90, fundamentalmente en educación, y que tiene su base en la derrota cultural que hemos sufrido. Esa es la consecuencia más directa de lo que nos sucede.

Ahora espero escuchar la autocrítica de la clase dirigente que nos trajo hasta acá y que no se circunscribe a la clase política, sino también a los dirigentes gremiales ahora que no va a haber más paritarias. ¿Qué van a hacer esos dirigentes sin paritarias para sus representados? Esto es peor a lo que ocurrió en 2015 con la llegada de Mauricio Macri al poder, porque creo que Javier Milei va a hacer lo que prometió y mucho más. Y a lo mejor esa va a ser la primera gran dificultad que Macri va a tener, sacar del medio a Milei para encumbrar a Victoria Villarruel, la vicepresidenta electa. Este es un plan B que Macri ya tenía y no me extrañaría una movida como esa.

Todo será más difícil y no sólo para el que hoy ya sufre la pobreza y la incapacidad de llevar la comida a la mesa de su familia. Estoy triste porque creo que a diferencia de estos sectores que representan el 40% de la población y cuya vida es un calvario que ya vienen sufriendo hace al menos dos generaciones, quienes primero van a sufrir el plan de ajuste que se avecina son los propios votantes de Milei, los sectores medios que se consideran buena gente o como dijo el candidato electo “las personas de bien”.

El “argentino de bien” es un imaginario en este país al que pertenecen las familias tradicionales, los sectores que en algún momento representaron el 10% de la población. El resto estamos afuera. Y si a eso le sumamos lo que dijo Milei la noche del domingo tras conocerse los resultados, que es volver al siglo XIX, es decir una sociedad que volverá a ser un granero y sólo venderá materia prima sin producir, acá sobran dos tercio de la población activa. ¿Qué hacemos con esa gente? Sólo sobrevivirán aquellos vinculados a la activdad extractiva, de exportación y quedarán afuera las Pymes, las empresas que más trabajo dan en la Argentina y que serán las primeras impactadas por la apertura de las importaciones.

La única manera de llevar adelante el plan que Milei ha planteado y que no sólo dijo él sino el propio Macri es con represión. Están convencidos de que hay que ir a fondo y cuando lo intenten no hay otra forma que con represión. Cuando digan que van a terminar con los subsidios a las escuelas privadas que hoy reciben el 100% de subsidios del Estado, cuando propongan vouchers para la medicina de alta complejidad y te detecten un tumor y ese voucher no te alcance para el tratamiento, cuando digan que para entrar a la Universidad tengan que pagar una mensualidad en momentos en que con una Universidad gratuita y libre no se logra que cualquier hijo de obrero llegue a ingresar, es toda una demostración que los sectores medios serán los más afectados de ahora en más.

Y que hablar de la inflación en los alimentos, que van a subir irremediablemente por dos motivos: la industria alimenticia está sumamente concentrado y es parte del círculo rojo que acompaña este proyecto financiando la política de Milei; y además es el sector que exporta y cobra en dólares por lo que el dólar subirá rápidamente y eso se trasladará a los precios locales. La pauperización no sólo será del sector que hoy no puede alimentarse sino que los sectores medios que hasta hoy la peleaba ya no podrá hacerlo.