El ex concejal de Rosario y referente del PRO en la ciudad señaló que, a su entender, la crisis en la que está sumido su partido y el frente Juntos por el Cambio comenzó con una serie de errores en los que se cayó a partir de la salida del Gobierno en 2019
Para Roy López Molina, pasadas las elecciones generales en las que Juntos por el Cambio quedó fuera de la carrera hacia la Casa Rosada, y la decisión inmediata posterior de la ex candidata del espacio, Patricia Bullrich, de explicitar un apoyo al postulante libertario Javier Milei, un acuerdo promovido por el ex presidente Mauricio Macri, se hace necesario abrir un período corto de reflexión hacia el interior del PRO y de toda la coalición.
Sin embargo, el dirigente rosarino estimó que esa instancia se torna imposible “si el ritmo de las decisiones van a la velocidad” de la que insumió el apoyo a Milei que comunicó, precisamente, la reasumida presidenta del PRO.
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López Molina señaló que no fue para él una sorpresa la debacle en la que ingresaron partido y coalición opositoras. Aseguró que ya atisbaba una complicación con el resultado de las PASO, en las que el que apoyó al actual hefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, vencido por Bullrich en esa interna.
A partir de allí, y ya sorteada la elección general –continuó–, se abrió un horizonte “donde ninguna opción es potable” para quienes sostuvieron que el mejor candidato de Juntos por el Cambio era el alcalde porteño y, después, acompañaron a Bullrich en la general. Eso desembocó en un escenario que, juzgó, “es casi exclusiva responsabilidad de los errores que Juntos por el Cambio cometió ya desde su salida del Gobierno en 2019“. A lo que siguió, dijo una errónea convicción de que “el partido (electoral) ya estaba ganado” a caballo de la crisis económica de la gestión de Alberto Fernández. Y que, en consecuencia, sólo quedaba decidir quién “iba a hacer los goles” de la victoria decontada.
A esas fallas estratégicas, López Molina agregó el desperfilamiento del frente, la pérdida de la identidad, que estimó será la clave para diseñar el futuro de la coalición. Es que, a su entender, un sector mayoritario de Juntos por el Cambio entendió que después de los primeros meses de pandemia, de la cuarentena y las tensiones propias de una coyuntura inesperada para todos, había surgido en la sociedad “una demanda de derecha dura, de liberalismo libertario“.
Entonces, continuó la idea, ese equilibrio que la coalición había conseguido entre los lugares asignados al Estado y al mercado, se corrió. Y utilizó una analogía con España: Juntos por el Cambio dejó de ser una combinación del Partido Popular y el nacido en Barcelona Ciudadanos para parecerse al ultraderechista Vox.
En base a ese diagnóstico de la realidad, completó López Molina, se “sembró un discurso de derecha dura que no pudo cosecharse en las elecciones” porque, siguió, se cambió el eje del debate y la identidad, y cuando apareció un original “al mismo precio”, le arrebató a Juntos por el Cambio esa oferta para el electorado.
Asì, dijo el referente rosarino del PRO, la coalición quedó presa de una discusión que “pareciera ser no entre kircherismo y República sino entre dos tipos de populismos“, uno de centro izquierda y otro de derecha.
Así las cosas, para López Molina no queda mucho margen de acción excepto admitir una libertad de acción pero, aclaró, entendiendo que hay un límite con quienes juegan “en los márgenes” del sistema democrático.