El lugar, en el norte provincial, era investigado por la Fiscalía Federal de Reconquista en el marco de un juicio por delitos de lesa humanidad cometidos por el ejército nacional en 1887
Integrantes del Colectivo Guias (Grupo Universitario de Investigaciones de Antropología Social) logró hallar en el norte de la provincia de Santa Fe la primera fosa común de una masacre perpetrada por el Estado nacional en perjuicio de pueblos originarios. Se trata del lugar donde fueron sepultadas las 16 víctimas de la denominada Masacre de San Antonio de Obligado, cometida por el Ejército Argentino el 11 de marzo de 1887 en la reducción del pueblo qom ubicada en el actual departamento General Obligado y a 590 kilómetros al norte de Rosario.
En diálogo con La Marca de la Almohada, el antropólogo Fernando Pepe, coordinador del Área de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas y Protección de Sitios Sagrados del INAI sostuvo que el descubrimiento “es histórico porque se trata del hallazgo de la primera fosa común de una masacre indígena llevada a cabo por el Estado argentino”. Y destacó la colaboración que el grupo de trabajo del cual participa tuvo por parte del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Todo empezó en septiembre de 2020 cuando Pepe, junto a la abogada Cintia Chávez y representantes de la comunidad qom presentaron una denuncia ante la Fiscalía Federal de la ciudad de Reconquista lo que dio inicio al juicio por delitos de lesa humanidad perpetrado por el Estado nacional contra ese pueblo. En ese marco se indicaron algunas acciones tendientes al hallazgo de los cuerpos tales como las excavaciones en el lugar donde los propios integrantes de la comunidad señalaban como el sitio donde habían sido enterradas las víctimas asesinadas aquel 11 de marzo de 1887, datos corroborados por documentación con la que el equipo de antropólogos ya contaba.
Acerca de la masacre, Pepe recordó que “se produjo como consecuencia del accionar de un grupo de soldados al mando del general Rudecindo Roca, hermano del entonces presidente Julio Argentino Roca, quien había pedido que le envíen una chica de la comunidad para que le prestara servicios”. Por entonces, sostuvo, Roca era gobernador del territorio nacional del Gran Chaco, Misiones y Corrientes, lo que incluía el norte de Santa Fe.
La “entrega” de la niña, dijo Pepe, “alteró los ánimos de los habitantes de la comunidad que, al volver los soldados que habían capturado y llevado la niña hasta Misiones los ajustician y luego huyen. Pero el Ejército envía una partida a la reducción y apresa a un grupo de personas que se había quedado allí, los encierran, los atan y los fusilan para luego enterrarlos en una fosa común”. Todo eso, dijo el antropólogo, “quedó registrado por el padre Ermete Constanzi, que era el párroco de la reducción donde residía el pueblo qom en en las actas de defunción que se hallaron en un convento y que derivó en la denuncia y actual juicio”.
La importancia del hallazgo, dijo Pepe, “radica en que ésta es la primera fosa común de víctimas de la masacre de pueblos originarios encontradas hasta el momento” y agregó que “se están buscando otras como la de la Masacred de Napalpí cometida en 1924 o la de San Javier, de 1904, pero esta que es del siglo XIX es la primera de la época del genocidio que llevó adelante el gobierno de Roca contra los pueblos originarios en nuestra provincia”.
Fue el referente y caciqu qom Ariel Chará, quien estaba colaborando en la excavación con una pala en sus mano el que descubrió los huesos que permitieron luego dejar el lugar en manos de los profesionales que finalmente hallaron la fosa común.
Ahora, se deberá esperar una nueva solicitud judicial para realizar la exhumación y peritaje de todos los cuerpos allí alojados. “Se siguió ese sondeo un poco más para confirmar que estaba in situ todo el esqueleto, y se frenó ahí la excavación porque se terminó la etapa de búsqueda, se cerró otra vez todo y estamos esperando que se apruebe el plan de extracción”, concluyó Pepe.