La socialista, cabeza de la lista a la Cámara baja que venció a la del saliente gobernador Omar Perotti y se queda con 28 de las 50 bancas de diputados, argumentó en favor de la alianza con el radicalismo y el PRO y adelantó las primeras leyes que se van a tratar. Calificó como ineficiente la gestión peronista que termina en diciembre y apostó a una transición ordenada
“Es un orgullo y una responsabilidad pertenecer a un equipo como el de Unidos”, recalcó la futura presidenta de la Cámara de Diputados. La palabra “equipo” estuvo presente a lo largo de toda la entrevista en Radio Universidad para el programa Apuntes y Resumen.
Clara García admitió que la competencia era “una parada difícil” porque nunca ocurrió que perdiera una lista liderada por el gobernador saliente. Pero el batacazo no fue solo del radical Maximiliano Pullaro en ´la disputa por la Casa Gris. Una avalancha de votos que la socialista recordó abarcó a todas las categorías: también el Senado y muchas intendencias.
La nota completa se puede escuchar acá ↓
Sobre las objeciones a un frente opositor tan heterogéneo como el de Unidos, que el socialismo decidió integrar no sin disidencias internas, la legisladora apuntó varias argumentaciones. “Siempre hemos sido un partido que miró en forma positiva los frentes programáticos dejando de lado con generosidad las diferencias para encontrar los puntos en común“, repasó el Frente Progresista, con todo menos diverso. Igual, insistió: “Es más rico pese a las tensiones” internas. y agregó respecto a lo específico de la política: “O te quedás en la intelectualidad de la política relatando las críticas en forma testimonial, o te incorporás, aún con diferencias, a un equipo con proyecto y vocación de gobierno en vez de ser auditores de los otros“.
García recalcó la buena negociación partidaria dentro de la alianza, en lo que a la lista para la Cámara baja se refiere. “Propusimos entrar con candidatos propios”, señaló, y esgrimió los “14 socialistas” entre los del sector propio y los que responden al ex gobernador Antonio Bonfatti. No habrá dilución de identidades, aseguró: “Vamos a defender los valores y la trayectoria propia”.
La tarea que deberá encarar desde diciembre, siguió, estará marcada por el diálogo interno, interinstitucional y con los otros espacios. Prometió no apoyarse en los 28 votos seguros (la mayoría automática que establece la ley electoral provincial para la lista más votada) que garantizan “aprobar una ley tipo trámite” sino enriquecer la labor parlamentaria con la opinión de la oposición. “Me tocó ser opositora y oficialista en mayoría y minoría, y entiendo como positivo el diálogo”, reforzó la idea.
Otra polea de transimisión, añadió, será entre Poderes del Estado. En ese sentido, saludó la decisión de Pullaro de invitarla a participar de las reuniones de Gabinete. En el inicio de la gestión legislativa, recalcó, esa relación aceitada se pondrá en marcha con los anunciados proyectos de ley de narcomenudeo (para que la provincia pueda investigar esos delitos que hoy están en el fuero federal) y sobre organización de las fuerzas de seguridad provinciales, que son las urgencias. Pero, además, la ley de educación, con una mirada a largo plazo. Y, por supuesto, la norma del presupuesto, con la intención, avalada por las bancas obtenidos en las urnas, de tenerla aprobada antes de fin de año.
García destacó que hay preparación para encarar la gestión. Mencionó el “grupo de cien personas liderado por Jorge Álvarez, ex ministro de Desarrollo Social de Miguel Lifschitz”, como garantía. Y apostó a acordar una transición de buena fe entre el gobierno saliente y los equipos del sucesor “que permita hacer un buen diagnóstico” de las cuentas y situación del Estado. “Porque el peor escenario es llegar sin conocimiento de las finanzas de las obras en marcha, de las licitaciones, para que los equipos técnicos terminen de cerrar programas y proyectos que se vienen trabajando”, enfatizó. De todos modos, aclaró que hay experiencia en la función pública e información sobre el estado actual de la administración santafesina.
En ese punto, la referente del socialismo cuestionó lo que consideró mala predisposición del sector de Perotti cuando el traspaso fue inverso, tras el mandato de Lifschitz. En ese momento, recordó, los datos estaban a la vista, digitalizados, blanqueados y en formatos que permitían cruzarlos y analizarlos.
Confió en que el traspaso y sus preliminares, esta vez, sean ordenados y sin conflictos.
Ya en tren de evaluar la gestión del rafaelino, consideró que fue un equipo “muy ineficiente”. Explicó que se requiere conocimiento, prolijidad, trabajo y técnica para no hacer agua en los pliegos licitatorios, los valores que se manejan, el seguimiento de las obras, su auditoría. “Si no hay equipos técnicos capaces, no se logra”, sintetizó. Cuestionó a la vez el “combo” de ineficiencia y resguardo del dinero en el banco, en referencia a los plazos fijos que mantuvo la administración peronista. “Cuando se disparó la inflación, fue la tormenta perfecta”, señaló. Con la sequía bajaron los recursos del Estado y el aumento acelerado de los precios descalabró los presupuestos, enumeró, y así los depósitos perdieron valor. “Una mala praxis de gestión financiera de lo público“, sintetizó.