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Argentina en el Brics, una invitación para formar parte del nuevo orden mundial

El economista Sergio Arelovich y la licenciada Anabella Busso evaluaron en Apuntes y Resumen los alcances, ventajas y desafíos que supone el ingreso al bloque que reúne a las principales economías emergentes

La incorporación de Argentina al Brics, el bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, abre una nueva perspectiva de orden estratégico que proyecta al país hacia un nuevo escenario comercial, económico y de financiamiento, pero también de integración para el debate de un nuevo orden mundial.

El ingreso, que se concretará el 1 de enero de 2024, fue celebrado por el Gobierno y rechazado por la candidata presidencial Patricia Bullrich, que se suma a las críticas de Javier Milei por los acuerdos con Brasil y China. Además de Argentina, fueron invitados a sumarse al Brics otras cinco naciones: Irán, Arabia Saudita, Etiopía, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. El bloque incluye a más del cuarenta por ciento de la población mundial y genera más de la cuarta parte del Producto Bruto Interno (PBI) mundial.

En Apuntes y Resumen analizaron el impacto y los alcances de la noticia el economista e integrante del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) Sergio Arelovich y la licenciada Anabella Busso, profesora de Política Internacional y Política Internacional Latinoamericana de la Universidad Nacional de Rosario e investigadora del Conicet.

“Esto permite ser parte de una transformación geopolítica de enorme envergadura cuya característica todavía desconocemos”, celebró Arelovich, quien evaluó que la incorporación al bloque generará “acuerdos bilaterales”, “financiamientos alternativos y la posibilidad de sustituir a acreedores problemáticos” y hasta “potenciar el acompañamiento que ya ha tenido Argentina con su reclamo soberano sobre Malvinas”.

Busso otorgó a la noticia “un perfil altamente positivo” y la ubicó como una cuestión de orden estratégico que “abre una proyección de Argentina hacia el mundo, no sólo en lo comercial, sino en los debates políticos sobre la transformación del orden mundial, de cooperación en el ámbito científico-tecnológico y de financiamiento”. 

“Recuperar la dinámica internacional es un dato muy importante. Nos está costando muchísimo. Después de la desarticulación de la Unasur los nuevos progresismos tienen dificultades. Por eso valoro tanto la acción de Lula, que fue muy decidida para la apertura del BRICS y el ingreso de Argentina. Desde el punto de vista político significa una diversificación de vínculos que Argentina debe cultivar. La propia declaración de los Brics enfatiza que eso no significa la ruptura de otros procesos de integración o vínculo con Naciones Unidas”, aclaró la especialista en política internacional y latinoamericana.


“Hoy no hay posibilidad de proyección unilateral de crecimiento de Argentina. La situación está demasiado dramática para pensar que desde nuestra debilidad actual podemos generar una inserción unilateral”, añadió Busso.

Para el economista “es bueno que Argentina se integre”, pero aclaró sin embargo que “hay intereses estratégicos de cada país que los van a defender a muerte”.

“Argentina no debería profundizar su característica primaria de importación, sino industrializarla. Y en el marco además de la necesidad de una actividad económica que sea sostenible desde el punto de vista ambiental, lo que agrega otra complejidad”, conjeturó.

Arelovich dijo que el proceso de crecimiento y expansión de los Brics tiene, entre otros puntos, “la disputa por la hegemonía del dólar como moneda mundial”, pero también “de las entidades multilaterales de crédito y su papel en la asistencia crediticia en los países de la periferia capitalista” a partir de las deficiencias del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial y el crecimiento de entidades financieras palanqueadas por China y los países árabes.

“Es un proceso de aceleración donde empieza a deteriorarse la hegemonía de la moneda norteamericana y empieza a ser sustituida por otras monedas a partir del ascenso de China”, proyectó Arelovich.

Respecto de las declaraciones de Bullrich, quien criticó el ingreso de Argentina al Brics, y de Milei, quien rechaza relaciones comerciales con alguno de los principales miembros del bloque, como China o Brasil, Busso marcó que la mirada del líder de La Libertad Avanza “es desacertada y muy cargada de prejuicios”, y una posición “extremadamente riesgosa para el país”.

En cuanto a la postura expresada por la candidata presidencial de Juntos por el Cambio consideró que “tiene que ver más con una campaña electoral donde se ve cada vez más obligada a correrse a la derecha de Milei para no perder electorado”. En ambos casos planteó que se trata de “debates que no le hacen bien a la Argentina”.  

“Me parece que Bullrich y Milei no tienen diferencias. Milei dijo que sus aliados estratégicos siguen siendo Estados Unidos e Israel. Son noticias y posicionamientos que atrasan por las transformaciones geopolíticas que hubo en los últimos tiempos. Atarse a una potencia que viene en decadencia y a un estado militarista como Israel representa una mirada hacia el pasado”, indicó Arelovich.

El economista aclaró que el país Argentina tiene vínculos comerciales con Brasil, China, India, Vietnam y que quien los define no es el Gobierno de turno ni el Estado, “sino las empresas que se dedican a exportar”. “No creo que Bullrich logre convencer a las multinacionales, que van a vender donde les convenga con independencia de lo que decida el Gobierno. Salvo que el Gobierno intervenga, cosa que estaría en contra de sus valores en los que llaman a la libertad, a la disminución del papel del Estado, a la no intervención, a la no regulación. Con lo cual, las tendencias que abordó la economía argentina respecto de sus vínculos con el exterior no creo que sean abandonadas en el corto plazo. Pueden modificarse no por las voluntades empresariales, sino por la agenda de la sostenibilidad ambiental y los riesgos ecológicos a los que estamos sometidos”, concluyó Arelovich.