Un informe de la Fundación Banco Municipal muestra que la rentabilidad en la ciudad es menor que en otros lugares del país y que la demanda bajó en el primer semestre del año
Los inmuebles que se ofertan en Rosario por Airbnb solo se alquilan, en promedio, 9 días al mes según los datos del primer semestre de 2023. La demanda de alojamientos por medio de la plataforma en la ciudad muestra una disminución en lo que va del año y la rentabilidad no es tan importante como sucede en otros lugares del país, donde el paso de muchos departamentos a esta modalidad distorsiona los precios del mercado locativo. Los datos se desprenden de un estudio que realizó la Fundación Banco Municipal, cuyos resultados se dieron a conocer oficialmente hace muy pocos días y muestran que la oferta de propiedades continúa su repunte post pandemia, pero aún muy por debajo de los niveles del 2018 y 2019.
El estudio da cuenta de una disminución en la demanda de alquileres temporarios en la ciudad en el último semestre. Además, observa que la mayor parte de los alojamientos ofrecidos está disponible como máximo por seis meses y un gran porcentaje está en alquiler entre 1 y 90 días, mientras que una mínima parte se ofrece de forma permanente. Según las estimaciones de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar), en la ciudad hay 1.700 propiedades ofrecidas en Airbnb, Booking y redes sociales, pero si bien son competencia desleal para la hotelería, aún no generan la dolarización de los alquileres, como sucede en las grandes ciudades turísticas donde muchas personas sacan su departamento de los contratos permanentes para pasarlo a una plataformas de temporarios.
El informe de la Fundación Banco Municipal relevó que la demanda de alojamiento en Airbnb creció de manera notoria hasta la pandemia, alcanzando un máximo de 12.760 noches reservadas durante septiembre de 2019. Con la llegada del Covid, se contrajo de manera abrupta y comenzó a recuperarse a mediados del año 2022, expandiéndose ininterrumpidamente hasta fines del año pasado. Sin embargo, no logró recuperar lo perdido, manteniendo una brecha visible respecto a los niveles prepandemia. Desde febrero pasado, la demanda registra variaciones interanuales negativas. El último dato disponible a junio muestra que se reservaron 4.321 noches en alojamientos temporales en Rosario, evidenciando una disminución año a año de 15,3%.
Los datos sugieren que las propiedades activas disponibles en esa plataforma mantienen su recuperación en los primeros seis meses de 2023, aunque con algunas modificaciones en cuanto a su composición. Desde el inicio de la pandemia hasta mediados del 2022, la cantidad de unidades se dio a la baja, recién en junio del año pasado volvió a repuntar y si bien se ve un crecimiento, aún es muy incipiente. De las cerca de 1.200 unidades que había disponibles a comienzos del 2020, con la pandemia quedaron prácticamente la mitad (600) y desde el repunte, en junio la oferta se ubicaba apenas por encima de las 800.
A salvo
Según el estudio, la mayor parte de las propiedades ofrecidas por Airbnb en Rosario (70%) están disponibles como máximo medio año y un gran porcentaje (42%) está en alquiler entre 1 y 90 días, mientras que sólo 12% se ofrece de forma permanente (entre 271 y 365 días). De esta manera, se podría presumir que muchas personas deciden alquilar sus propias viviendas que por distintas circunstancias no ocupan durante un cierto periodo de tiempo, pero que las necesitan para vivir durante otros lapsos. Así, la enorme mayoría serían unidades que no podrían ingresar en el circuito de alquileres permanentes.
Así, el informe oficial concluye que la oferta estaría compuesta por propiedades que se ofrecen por períodos breves y en momentos específicos del año, es decir, por propietarios que buscan en la plataforma un ingreso adicional complementario a otras fuentes, por lo que la situación local no parecería asimilarse a otras ciudades en las cuales existen empresas que montan negocios con los alquileres temporarios y los ofrecen de forma permanente. El estudio revela también que el diferencial de ingresos que los huéspedes logran en Airbnb y el precio de los alquileres parece acotarse, sugiriendo que el margen para el desajuste entre demanda y oferta es menor. Es decir que, de continuar expandiéndose la oferta con una demanda alicaída, el atractivo de ofrecer las propiedades en alquiler temporario en Rosario será cada vez menor.