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Concejo: María Eugenia Schmuck

La actual presidenta del Concejo Municipal, que se postula para renovar una banca, repasó su trabajo en el Palacio Vasallo, las ideas que impulsa, lo que tiene pendiente el cuerpo legislativo y su desempeño como parte del equipo del intendente Pablo Javkin.

Su primer ídolo es su padre, médico, peronista y fanático de River, parcialidad deportiva que terminó adoptando. El segundo, el ex presidente de la recuperación democrática, Raúl Alfonsín. María Eugenia Schmuck describió así parte de su mundo, personal y político, en el programa Apuntes y Resumen.

La precandidata a un nuevo mandato en el Palacio Vasallo por el espacio que se referencia en el intendente Pablo Javkin, también postulante a la reelección dentro de la alianza Unidos para Cambiar Santa Fe, remitió a su paso como estudiante por la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UNR sus primeros pasos y pasiones por la política. La Universidad es el “mejor training” para dedicarse a la llamda cosa pública, señaló. “Se aprende, en la militancia universitaria, a debatir y construir diferencias y consensuar”, redondeó la idea.

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En tiempos de discursos y malestar social contrarios a la actividad política, la dirigente radical insistió en que “la política es la capacidad de involucrarse para transformar la vida de todos“. Por contraposición, siguió, “la antipolítica es una forma de hacer política”, pero en base a una construcción personal e insolidaria.

Sobre otro aspecto de marca contemporánea de ese universo, interpretó que se está en un “momento bisagra” en el que es necesario trabajar para desarmar las antinomias extremas. “Fueron siempre funcionales a las dictaduras en el siglo XX. Y en el XXI, a la antipolítica” y a la renovada fuerza de la derecha. Su consecuencia es un movimiento de los espacios hacia la derecha, en casi todos los partidos o frentes.

Schmuck contrapuso esa imagen mediática y macro de la política con la realidad que se vive en los ámbitos donde se “trabaja” la política. Y en particular en el que le toca, el Concejo Municipal. “Hay muchos acuerdos cuando se trabaja sin preconceptos“, describió, porque en los temas concretos se diluyen los discursos radicalizados. En lo personal, calificó su experiencia en el Palacio Vasallo como “muy fructífera”.

Fiel al espacio al que pertenece –resaltó que además de concejala es parte del equipo de gobierno de Javkin–, opinó que la actual gestión del Palacio de los Leones es la que mejor trabajó con el resto de las fuerzas políticas, aunque agregó fue un camino de méritos compartidos.

Respecto de la presidencia del cuerpo que ocupa, hizo hincapié en la voluntad de descentralizarlo en los barrios, sobre todo en los alejados del centro de la ciudad y en particular con la mirada puesta en los niños, niñas y adolescentes. Los ejes, completó, fueron transformarse en una herramienta para el acercamiento a la política, en el sentido de preocupación por el bien común, y la cultura rosarina.

En la misma línea de sumar transparencia al trabajo en el cuerpo deliberativo, señaló que empujado por la pandemia, que obligó a digitalizar las tareas, a migrar hacia plataformas informáticas abiertas los debates y los documentos, se dio una oportunidad de abrirse al resto de la sociedad.

El sistema legislativo está abierto, con toda la información disponible para quien la quiera consultar, resumió. Con lo que aseguró que hay una mayor transparencia y posibilidad de control público de lo que se hace.

Otro aspecto relevante de las transformaciones en ese ámbito, añadió, es el mayor protagonismo de las mujeres. Hay muchas jefas de bloque mujeres, puso como ejemplo. Interpretó que eso, además, contribuyó a mejorar las relaciones entre los diferentes espacios, porque desde todos ellos se aportó a luchas conjuntas sobre temas de género. Una gimnasia que, afirmó, se trasladó a otros temas.

“Ahora es menos difícil la política para las mujeres, gracias a la lucha de generaciones previas”, describió aunque con la aclaración de que hay mucho camino por recorrer.

Schmuck reconoció como una gran deuda de la tarea del Concejo una nueva regulaciòn de la nocturnidad. No sólo, aclaró, porque está vigente una ordenanza obsoleta, sino porque se produjeron grandes cambios culturales. Junto a ello, evaluó que Rosario tiene un acervo cultural con el suficiente peso como para que se lo habilite con reglas acordes a ese estatus. Al respecto, indicó que se está trabajando en forma silenciosa para construir una nueva normativa, y con amplio consenso entre las bancadas.

Ya en la política general de la ciudad, volvió sobre la reivindicación de la gestión de Javkin, y lamentó que pese a los esfuerzos del intendente por tener buenas relaciones con los Poderes Ejecutivos de la provincia y de Nación, ese esfuerzo, dijo, no fue recíproco. En particular, reforzó, sobre la problemática de la seguridad.

Como ejemplos, marcò que el presidente Alberto Fernàndez prometió el 27 de febrero de 2020 las cámaras de videovigilancia con inteligencia artificial que recién estuvieron disponibles “la semana pasada”. Y que la provincia no aprovechó los tres mil millones de pesos, esos sí girados a tiempo por la Casa Rosada, para reforzar equipamiento, capacitación y políticas en la misma área.