Aunque marca 1,5 metros de altura, lejos del histórico de 3,16 para esta época, se desmarca de la bajante extraordinaria del verano y se espera que la entrada del Niño lo haga subir a 2,4
El caudal del Paraná cayó de tres metros a la mitad en los últimos meses, pero de a poco va recuperando altura y se espera que durante el invierno llegue a 2,4 metros. El río sigue experimentando alturas de bajante, pero se despegó de las marcas mínimas del verano y se descarta que siga cayendo. Este miércoles la medición arrojó 1,54 metros, y si bien continúa bajo, se encuentra lejos del fenómeno extraordinario que produjo que en enero llegara a marcar 0,04 metros.
El dato es esperanzador porque, aunque todavía no tiene la altura ideal, ha venido creciendo de forma paulatina durante junio. La cifra actual representa una leve suba respecto de la semana pasada, cuando se había ubicado en 1,14 luego de caer sostenidamente desde marzo y abril, cuando había llegado a superar los tres metros, el nivel ideal del Paraná en la zona de Rosario.
Los registros del Instituto Nacional del Agua (INA) el 21 de junio fue el valor más bajo de 1,14, y luego hubo una lenta recuperación. Siguen siendo marcas de aguas bajas, pero de a poco empieza a salir de la situación de bajante extrema que atravesó el río durante los últimos tres años. El año pasado, para esta época bajó abruptamente de 2 metros que tenía a fines de junio de 2022 a 85 centímetros a fines de julio. Ese proceso parece haber terminado.
Desde Defensa Civil del municipio informaron que no se espera que la altura vuelva a valores de aguas medias (el límite es 2,40 metros), sino que quede por el momento todavía en zona de aguas bajas. Pero se ha sostenido la recuperación y no se espera un descenso abrupto. La altura media histórica del mes de junio es de 3,16 metros, casi el doble de la actual. Pero si se compara con valores como los del 17 de enero de 2023, cuando llegó a 0,04, se observa que hubo una remontada, con un leve descenso en las últimas semanas.
Entre las razones, creen que se está revirtiendo el fenómeno de bajante extrema de los últimos 3 años, cuando hubo una fuerte escasez de lluvias no solo en Rosario, sino también en la cuenca en el sur de Brasil, fuente principal de caudal del Paraná, junto a los ríos Iguazú y Paraguay. Sin embargo, en este 2023 el caudal estaría recuperando sus niveles. Según los pronósticos del INA, la semana entrante continuaría creciendo hasta llegar a 1,70 metros. Se espera que el ascenso se produzca en forma lenta pero sostenida, para que en julio esté en 2,11 metros y agosto en 2,42 metros.
La pronosticada llegada del fenómeno del Niño, por ahora algo débil, permitiría que en primavera y parte del verano se produzcan lluvias un poco por encima de lo normal, elevando la altura del río a niveles medios y hasta quizás un poco superiores. Los estudios hidrológicos indican que hay un 93% de chances de la zona que entre en Niño en el trimestre julio-agosto-septiembre, que no sería fuerte como en 2015 y 2016 pero traería mayor cantidad de agua.