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Juan Nemirovsky: “El teatro siempre está medio malherido, pero hay espectadores que lo rescatan”

El actor dirige “Juegos de la mente”, una obra que hoy y el próximo viernes se despide en “La orilla infinita” después de dos meses de funciones a sala llena

La obra “Juegos de la mente”, que cuenta con textos de Nora Grigoleit y la dirección del actor Juan Nemirovsky, se despide después de presentarse a sala llena durante dos meses. Este viernes y el próximo serán las dos últimas funciones en el teatro “La orilla infinita” (Colón 2148), desde las 21.

“Estoy sorprendido porque ha tenido una respuesta y tiene un éxito que me pasó pocas veces, incluso con obras a las que les he tenido de antemano mucha más confianza. Ya está prácticamente llena esta noche y quedan pocos lugares para el viernes que viene. Vamos a cerrar una temporada de dos meses, que nos es fácil sostener una obra de teatro en Rosario dos meses, prácticamente con todas las funciones llenas”, celebró Nemirovsky en diálogo con La Marca de la Almohada.

El actor conjeturó con humor que la obra tiene éxito porque “hay un universo en Rosario muy del psicoanálisis y los psicólogos se apropiaron de la obra porque es como que relata un poco ese universo”. “Yo no los conozco, pero después de cada función me dicen había diez psicólogos, había veinte, treinta. La obra prácticamente es un festival de psicología”, detalló.

La obra, con un único objeto en escena –un diván rojo–, trabaja con cinco personajes que participan de un monologo durante siete minutos. “Lo que uno ve, espía, son siete fragmentos de sesiones de terapia de estos personajes. Cada uno muy distinto, con problemáticas o fobias muy identificables. La práctica del análisis no sólo está muy vigente, sino que es muy atractiva de espiar porque es un lugar muy vedado. El teatro nos da esa chance de espiar lo que le está pasando al otro”, explicó Nemirovsky.

Los monólogos, que forman lo que el director describe como una comedia negra, generan identificación entre el público. “A veces explota en risas, a veces no vuela una mosca y se pone todo más dramático. Después vienen y te dicen ‘yo me identifiqué mucho con la chica que tiene fobia y que tuvo que ir al shopping a comprar un vestido y cómo padeció tener que estar en contacto con toda esa gente un domingo’. Después viene otro y te dice ‘yo me identifiqué con la chica que tiene una carga muy grande con la figura materna’. Eligen cuál de las cinco fobias o problemáticas con la que se sienten más identificados”, contó el actor y director de “Juegos de la mente”.

La obra nació como parte del trabajo del grupo Rosario Imagina y de su creador, Rody Bertol. Grigoleit propuso cinco monólogos y Nemirovsky trabajó sobre las actuaciones. Su tarea, explicó, buscó que las actuaciones fueran sutiles, íntimas, aprovechando que el espectador está a poca distancia. Presentaciones “muy controladas en la gestualidad”, donde se evitó agrandar los gestos para lograr un clima que permita completar la idea de que “se está espiando algo que no está permitido ver”, como es una sesión de terapia.  

El actor celebró la repercusión que tuvo “Juegos de la mente” y las otras obras que se presentan en el nuevo espacio teatral “La orilla infinita”. “Cómo se ha involucrado el barrio, el club Temperley, que está aledaño al teatro, es una cosa que no esperábamos. Ellos sienten que le llevamos acceso a la cultura, circulación de gente, vamos a iluminar la vereda. Y nosotros recibimos de ellos afecto, presencia en el teatro. Se está dando un vínculo con la zona muy lindo. Y la sala es muy linda y va a ir mejorando con el correr de los meses”, evaluó.

Por último, y respecto del auge que experimenta el teatro tras la pandemia, Nemirovsky evaluó que el género está viviendo una “primavera” de espectadores. “Es de las pocas disciplinas artísticas que te obligan a salir de tu casa y se convierten en una salida. Y el valor que tiene ver a esas personas transpirando, sudando, poniendo el cuerpo ahí, en vivo. Cada función es una experiencia única. Siento que estamos en un momento de inflexión porque con la venida del streaming y otros formatos de consumo hay que ver si el teatro vuelve a sobrevivir como ya tantas veces lo hizo. Siempre está medio malherido, pero siempre encuentra un nicho de espectadores que lo rescatan”, concluyó.