Roque Intelángelo, docente y padre de alumnos, planteó que la situación se agravó en los últimos tiempos. La comisaría 1ª prometió disponer policías caminantes, pero por el momento en la zona “no hay patrullajes ni controles”
Estudiantes Instituto Politécnico Superior General San Martín participaron de una sentada en el interior del establecimiento y luego cortaron calle Ayacucho, en su intersección con Avenida Pellegrini, para reclamar medidas de seguridad en la zona. Según denuncian, alumnos y docentes sufren cada vez con mayor frecuencia robos, arrebatos y ataques.
“Si bien el contexto del Politécnico no escapa a la realidad de la ciudad, lo que nos está pasando es que todos los días, en las inmediaciones, roban a uno, dos o tres estudiantes. Sistemáticamente. Billetera, celular, una mochila. Los docentes han tenido algún episodio, por ahí no tanto personales, pero sí a algún vehículo que se estaciona por acá. Días atrás, no en la zona del Politécnico, pero a un estudiante del terciario lo asesinaron, cerca de su casa”, relató sobre la problemática que sufren los estudiantes Roque Intelángelo, profesor de formación tecnológica y padre de alumnos que asisten al establecimiento.
El docente explicó que en la zona “no hay controles ni patrullajes” y que ante el incremento de ataques y robos decidieron con un grupo de padres reclamar medidas al jefe de la seccional 1ª, quien se comprometió a gestionar la llegada de policías caminantes para que recorran las inmediaciones del colegio.
“No es un área que dependa de la comisaría, sino directamente de la Jefatura. Para apuntalar ese pedido, para acompañar como padres y reforzarlo, presentamos una nota al comisario. Hasta ahora sólo hablamos con el comisario de la seccional 1ª. No hemos pedido reunión aún con el ministerio de Seguridad, porque sería responsabilidad del gobernador”, señaló Intelángelo en diálogo con La Marca de la Almohada.
El docente planteó su inquietud porque si bien “siempre hubo algún que otro caso, en las últimas semanas, meses, fue incesante”.
“Todos los días uno, dos, tres alumnos –precisó–. Obviamente los más vulnerables son los de los años más chicos. Se hace muy difícil, insostenible. Tenemos un ciclo terciario que funciona por la noche y la inseguridad es mucho peor”.
Intelángelo indicó que los robos se producen después del mediodía, en general con estudiantes en tránsito, en inmediaciones del colegio y cuando quedan solos: “También hubo un caso en la puerta del colegio. Sucede en los momentos en los que queda algún alumno solo. Se ve que en ese momento aprovecha el ladrón para acercarse”.
“Nosotros tenemos ocho carreras de nivel terciario que terminan, muchas, a altas horas de la noche. Es complicado. No sólo en lo personal. Dejar un auto en las inmediaciones, después de una determinada hora. (El robo de) ruedas de auxilio, baterías, pasa seguido. Si bien no es algo que sea novedoso, en los últimos tiempos se profundizó”, advirtió.
“No es la primera manifestación que los estudiantes toman por el tema. Tiempo atrás hubo un robo dentro del colegio con un arma blanca. Mucho más grave. Ante ese evento hubo reunión con las autoridades donde se prometió o se dijo que se estaba trabajando en un proyecto con cámaras y algunas cosas más en las cuales hasta el momento no se avanzó. No hubo ninguna medida en ese sentido”, concluyó el docente.