Integrante de la Fundación Pueblos del Sur y docente de la facultad de Ciencias Económicas de la UNR, el licenciado en Economía interpretó que las propuestas en danza para las próximas elecciones, e incluso las medidas oficiales para contener la crisis económica de la Argentina, se dan en un marco de resignación. Puso sobre el tapete, además, que los debates políticos y académicos continúan apoyándose en categorías extrañas a los problemas de las mayorías populares cuyo bienestar, enfatizó, debería ser el eje de la economía
“No se dice qué país se quiere”. Esteban Guida fijó la mirada en las ausencias del debate de cara a las próximas elecciones pero, además, en diálogo con el programa Apuntes y Resumen, señaló déficits en la formación de economistas y la resignación ante un modelo de país que subyace desde finales de los 70 y que ningún espacio político pone en entredicho.
“Sólo se habla de medidas aisladas, en las que en general coinciden los referentes de todos los espacios”, refirió Guida. En el fondo, agregó, lo que no se discute es una variación respecto de un modelo imperante desde la última dictadura: de economía primaria, concentrado, con injusta distribución de la riqueza, con predominio financiero.
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El debate que señaló como ausente es en torno a si se propone “un país que se integra al mundo subordinado o que intenta grados de libertad y soberanía para vivir mejor”. Las aparentes diferentes posturas, dijo entonces, son apenas disputas sobre medidas aisladas que no se integran a un proyecto estratégico ni una visión general que las contenga. No son, así, “herramientas en función de un plan de país”.
Guida insistió: “No se discute el fondo, el modelo, cómo se genera riqueza y cómo se la distribuye”. Y no cargó las tintas sólo sobre la dirigencia política, sino también a la empresarial, la del tercer sector, la sindical, entre otras, que esquivan esa disputa de sentido.
Algo similar ocurre, destacó, en la academia. El análisis económico se apoya en categorías de izquierda y derecha, de marxismo y capitalismo, que no dan cuenta de los problemas ni de la historia argentina. Hay allí una tercera posición, que permite salir del encierro ideológico, como lo llamó, y enfocar sobre la sustancia: las políticas económicas, dentro de una concepción integradora, deben tener como objetivo el bienestar de las mayorías nacionales. En esa encerrona, interpretó, las que prevalecen son las élites y sus intereses, más allá de los discursos moderados o extremos de cualquier signo.