Mauro Villamil tenía 35 años, se había casado hace poco y tenía tres hijos. El miércoles, estaba haciendo las compras en la verdulería de Corrientes y Gutiérrez para el asado que esa misma noche iba a compartir con sus compañeros de trabajo en la estación Shell de 27 de Febrero y Corrientes cuando pasó un hombre y disparó cerca de 40 balazos contra el comercio. El muchacho falleció, y dos empleadas del negocio resultaron heridas. Con dolor e indignación, el Sindicato de Obreros de Estaciones de Servicio resolvió un paro para este jueves, de 18 a 22, al que se plegaron taxistas –la víctima conducía un vehículo de alquiler para incrementar sus ingresos– y hasta comerciantes del barrio Tiro Suizo, escenario del asesinato y donde viv{ia Villamil.
Apuntes y Resumen dialogó con Ismael Marcon, secretario general del sindicato de taxistas, sobre las razones de la medida de fuerza y la situación de inseguridad que atraviesan, como el resto de los rosarinos.
Villamil no falleció en el ámbito laboral, pero sí cuando, tras una capacitación en la estación Shell y antes de volver para comer un asado con empleador y compañeros, pasó por la verdulería que está a dos cuadras de su casa para comprar lo necesario para la ensalada.
El paro de cuatro horas es total, no se expenderá combustible a nadie y las estaciones permanecerán ese lapso con las luces apagadas, explicó Marcon. Destacó que la vida perdida del trabajador es irreparable, que el sindicato acompañará a la familia, pero que el dolor no se revierte con recursos económicos. La medida de fuerza, señaló, es para llamar la atención de las autoridades responsables de garantizar una seguridad que en Rosario no existe. “Tenemos que evitar el acostumbramiento, tenemos que conseguir que los funcionarios respondan, o que al menos se sienten a buscar una solución”, abundó el gremialista. Y remarcó que, aunque no es un conocedor del tema, salta a la vista que no alcanza con anuncios de más patrulleros o agentes, porque el problema es complejo y se requiere un abordaje integral.
Marcon resumió lo que viven a diario como trabajadores y ciudadanos en Rosario: “Parece una película de El Padrino”.
Luego de que el gremio de los estacioneros lanzara el paro, se adhierieron con el mismo horario los taxistas y por último, algunos comerciantes de Tiro Suizo que conocían a Villamil, que a la vez convocaron a otros para sumarse. Será, dijeron, un duelo por “el desconcierto de salir y no saber si se va a volver. La idea es que Rosario se haga escuchar”.