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Informe: “Las desigualdades de género en números”

La Usina de datos de la UNR analiza diferentes indicadores socioeconómicos con el objetivo de identificar y visibilizar las problemáticas de género

En el marco del 8M, la Usina de datos de la UNR publicó “Las desigualdades de género en números”, un informe especial que aborda, entre otras cuestiones, la situación de los hogares a nivel local, los empleos e ingresos y el acceso a la educación y a las ciencias. Paula Durán, licenciada en Ciencia Política y coordinadora del nodo de investigación, comentó en La Marca de la Almohada algunos de los resultados que obtuvieron en base a fuentes primarias y secundarias.

El estudio tuvo como parte de las fuentes los datos arrojados por la Encuesta de Hogares Rosario UNR 2021, así como las últimas estimaciones de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH-INDEC) y el Boletín Estadístico de la Seguridad Social de la provincia de Santa Fe (ANSES). También incluyó el Relevamiento de Actividades Científicas y Tecnológicas (RACT), principal fuente oficial de datos sobre investigación y desarrollo del país.

Pero la novedad en este informe fueron los datos concernientes a transporte y movilidad: “Nos pareció interesante destacar las distintas formas de movilidad que tienen las mujeres y varones en nuestra ciudad”, expresó Paula Durán. De acuerdo a las cifras, las mujeres circulan mayoritariamente en colectivos públicos, mientras que los varones lo hacen en vehículos particulares. Según el documento, estos datos permiten considerar “cómo los roles de género influyen en el uso y disfrute de nuestras ciudades en general y del espacio público en particular”.

En cuanto al uso del tiempo y la distribución de las tareas, la politóloga comentó que “hoy por hoy las luchas van en este sentido, que es la desigualdad en el uso del tiempo, que después tienen su correlato en la forma en que las mujeres nos podemos insertar en el mercado de trabajo”. Esto es así porque “tienen una carga de trabajo no remunerado mayor que los varones, y si bien esa brecha se viene achicando y se ve un aumento de la participación de los varones en las tareas domésticas, sigue siendo mayoritariamente responsabilidad de las mujeres. Sobre todo en los tipos de hogares que tienen niños a cargo”, indicó.

Acerca del acceso a la educación, la coordinadora de la Usina de Datos contó que la situación se revirtió en los últimos: “Las mujeres alcanzamos un mayor nivel educativo a nivel promedio de la población. Obviamente esto siempre va a depender de otras cuestiones, como la edad, el sector social, la inserción”. Y agregó que lo mismo sucede en el ámbito científico de la universidad: “Las personas dedicadas a la investigación son mayoritariamente mujeres”.

Sobre la brecha de ingresos, explicó que “uno de los factores tiene que ver con el techo de cristal, es decir, con la imposibilidad de las mujeres de ascender”. Esto se debe, entre otras cosas, a la responsabilidad en las tareas de cuidado que les impide tomar puestos de mayor demanda laboral o mayor flexibilidad horaria. “Sin políticas de conciliación de la vida doméstica y la vida laboral es imposible que las mujeres, en este contexto, puedan tomar ese tipo de responsabilidades”, aseguró.

Al respecto de la jefatura de hogares, la licenciada declaró que “es una de las categorías que más está puesta en cuestión en lo que es el análisis social porque viene del siglo pasado, pero que todavía no encuentra la manera de ser reemplazada. Hoy por hoy los hogares no se conforman de esta manera tradicional de un jefe varón con una cónyuge mujer y dos hijos sino que hay múltiples configuraciones familiares”. También explicó para establecer las relaciones y los vínculos en la estructura del hogar es necesario identificar una persona de referencia.

Finalmente, contó que “el índice de desempleo es parejo en el Gran Rosario, a diferencia del nivel nacional, donde las mujeres tienen una tasa de desempleo dos puntos mayor a la de los varones. Cuando los desagregamos por grupos de edad vemos que en primer lugar, el desempleo es un problema para las juventudes en general”.

“Si bien había datos disponibles a nivel nacional, nos parecía importante aportar una mirada local de cuáles eran esas desigualdades, siempre entendiendo que todo aquello que se puede medir también se puede transformar”, expresó. El informe se encuentra disponible en el repositorio hipermedial de la UNR.