Así lo afirmó Jesica, amiga del músico y artista callejero que fue secuestrado y acribillado frente a la puerta 6 del estadio de Newell’s Old Boys, el primero de febrero. Familiares y amigos se autoconvocaron para pedir justicia y avances concretos en la causa, a un mes de su asesinato
El cuerpo de Lorenzo “Jimi” Altamirano apareció la noche del primero de febrero en la puerta 6 del estadio de Newell’s con una nota que tenía un mensaje mafioso. A un mes de su asesinato, sus familiares y personas cercanas se autoconvocaron para pedir avances concretos. Se encontrarán a las 11 en Tribunales, en Balcarce y Montevideo. La Marca de la Almohada mantuvo diálogo con Jesica, amiga de la víctima, quien aseguró: “Le podría haber pasado a cualquiera. Pasaron con un auto y levantaron al primero que se cruzaron, lamentablemente era Jimi”.
Jesica contó que los avances que hubo en la causa “son escasos, no concretos” y que están pidiendo “que no se archive, que no se olvide el caso”. “Para que no pase necesitamos que la gente se movilice, se interiorice. Entendemos que las marchas muchas veces son en horarios laborales pero hay mil formas de participar, agarrando un panfleto de los que repartimos, por ejemplo”, señaló.
“Yo le pido a la gente que mire a la persona que tiene enfrente, sea su hijo, su amigo lo que sea, y que sepa un día que puede juntarse con amigos, volver caminando a la casa y lo pueden agarrar, secuestrar y matar; porque fue eso lo que pasó”, explicó Jesica. Y agregó: “Jimi no estaba metido en la barra, no estaba metido con narcotraficantes, era un pibe cualquiera que se juntó a ensayar y se volvía para la casa”.
Ese primero de febrero, tras haber trabajado como malabarista en Gálvez y Oroño desde el mediodía, Lorenzo Jimi Altamirano se fue a ensayar. Luego, acompañaron a la cantante de la banda a tomar un colectivo y cada uno de los músicos emprendió el regreso a casa. “Él se despidió del último de los chicos en 27 de febrero y Oroño, ahí él camina para Zona Oeste, que es donde vivía. Eso es lo último que sabemos de él”, aseguró su amiga.
“Después todos nos enteramos por los medios, inclusive la familia porque nadie se lo comunicó. Habiendo tenido el nombre, el apellido y la edad saliendo en los noticieros, la madre no estaba enterada de lo que le había pasado al hijo”, aclaró Jesica.
“Jimi salió de un barrio humilde, policías reprimiendo en esos barrios no es lo que nosotros buscamos, los crímenes se organizan adentro de las instituciones carcelarias”, expresó. Por último, solicitó a los medios de comunicación “que no difundan los mensajes que se envían entre mafiosos porque terminan siendo funcionales al problema”.