• Tiempo de lectura:4 minutos de lectura

Cómo es el enorme helicóptero destinado al combate de incendios en el Delta

El Boeing Chinook es capaz de arrojar 10 mil litros de agua por vez y cuenta con un helibalde cuya eslinga mide unos 70 metros, lo que lo hace especial para operar en geografías complicadas. Un aparato único en su tipo, que requiere extremar las medidas de seguridad

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, derivó el pasado domingo la aeronave canadiense Boeing Chinook a la base operativa de San Pedro, en provincia de Buenos Aires, para fortalecer el combate de los focos de incendio en el Delta del Paraná. Fue por una circunstancia especial, ya que la aeronave está en el país con el fin prioritario de atacar el fuego en la Patagonia. Sus características únicas y en qué casos es superior a cualquier otro medio aéreo fueron explicados por el director de Planificación y Prevención de la cartera ambiental, Jorge Heider.

El aparato llegó al país gracias a un un acuerdo de colaboración entre Argentina y Canadá, y está al servicio del Servicio Nacional de Manejo del Fuego durante la temporada de verano, por un lapso de 120 días. Es el modelo de helicóptero más grande destinado a la lucha contra incendios, y su contratación incluye a pilotos, mecánicos y personal especializado para ese tipo de operaciones.

La aeronave pertenece a la empresa Coulson Aviation. Su base de operaciones en el país está en el aeropuerto de San Carlos de Bariloche y se lo utilizó para combatir incendios en el Cerro Currumahuida y en el Parque Nacional Los Alerces.

“Opera muy bien en Patagonia”, explicó Heider en el programa La Marca de la Almohada. El convenio para traerlo a la Argentina prioriza su utilización, explicó el funcionario, en “zonas donde haya que evitar que los incendios se transformen en incendios interfase”. Esto es, cuando el fuego iniciado en territorios con vegetación combustible amenaza afectar viviendas.

El director de Planificación de Ambiente fue cauto respecto de que la aeronave pueda ser utilizada para las quemas en la zona del Delta frente a Rosario. Explicó que la decisión de trasladarlo a San Pedro surgió con el pronóstico de lluvias intensas de los últimos días en un territorio afectado por numerosos focos cercanos entre sí. La idea, siguió, fue “aprovechar una ventana de un par de días para que el Chinook de un golpe de impacto para aplacar definitivamente las llamas”. Es que si bien las precipitaciones contribuyeron a contener las llamas, una característica en el Delta es que hay gran cantidad de biomasa bajo la superficie que continúa en ignición, por lo que los siniestros suelen reactivarse cuando en apariencia están controlados. En este caso, con las nuevas lluvias anunciadas para mediados de semana, los responsables de la cartera ambiental esperan completar una acción “contundente”.

 

El helicóptero fabricado por Boeing, que tiene diversos usos como transporte de material pesado –incluso bélico– a gran velocidad, es ideal para descargar importantes volúmenes de agua en corto tiempo y así dar ese “golpe de impacto” en la zona de San Pedro. Heider destacó que puede trasladar 10 mil litros de agua, lo que traducido en peso es 10 toneladas. El dato implica también dificultad: hay que extremar las medidas de seguridad para su operación.

El funcionario de Ambiente recalcó otra característica diferencial del Chinook: el traslado de agua la hace por medio de un helibalde con una eslinga de unos 70 metros, lo que le permite operar en zonas difíciles como quebradas, ya que no tiene que descender demasiado para la recarga. Además, habilita la logística anti incendios en zonas imposibles para otras aeronaves, como los aviones, porque no necesita de largas pistas de aterrizaje. Y su capacidad es incluso mayor, con una gran “cadencia de descarga, muy superior a la de los demás medios aéreos”, recalcó Heider.